¿Por qué es peligroso el aceite de palma para tu salud?

¿Por qué es peligroso el aceite de palma para tu salud?

18 febrero, 2017
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Actualizado: 18 febrero, 2017 16:45
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El aceite de palma es en la actualidad el aceite más empleado del mundo. Está presente en múltiples productos de alimentación que todos —a veces sin darnos cuenta— compramos a diario en cualquier supermercado convencional. También se utiliza en la cosmética, productos de limpieza e incluso biocombustibles.
Pero además se trata de uno de los productos más controvertidos, puesto que numerosos estudios han alertado de sus efectos nocivos para la salud y de los daños medioambientales y sociales que conlleva su producción, recoge RT.
El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que se produce a partir de los frutos de la ‘Elaeis guineensis’ o palma de Guinea, también conocida como palma africana de aceite o palma aceitera.
Originaria de África, en actualidad se cultiva en muchos países de clima tropical no solo de ese continente, sino también de América y, especialmente, de Asia. Así, un 85% del aceite de palma proviene de Indonesia y Malasia, pero también lo exportan Papúa Nueva Guinea, Tailandia, Camboya, Brasil, México, Colombia y África occidental.

¿Por qué es peligroso para la salud?

Es verdad que el aceite de palma es una rica fuente de vitamina A y de vitamina E. Sin embargo, también es ‘una rica fuente’ de grasas saturadas (un 50% frente al 15% en promedio que contienen otros aceites), lo que lo convierte en un peligro para las arterias y el corazón.
En los últimos años, se han multiplicado los estudios que alertan de los efectos nocivos del aceite de palma para nuestra salud. Un estudio estadounidense publicado en la revista ‘Globalization and Health‘ en 2011 demuestra el vínculo entre el consumo de dicha sustancia y mayores tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Los científicos descubrieron que un kilo de aceite de palma conllevaba 68 muertes por cada 100.000 habitantes en varios países con bajo poder adquisitivo. En otros países con niveles de vida más altos la cifra era de 17 muertes.
No obstante, aún más alarmantes son los hallazgos que asocian el aceite de palma con el cáncer, como el informe de la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA, por sus siglas en inglés) publicado en mayo de 2016, en el que se advierte de que «el consumo reducido de aceite de palma, incluso si es reducido, es peligroso para los niños y un consumo frecuente pone en peligro la salud de todos».
Según la investigación, que supuso uno de los golpes más considerables a la imagen de este producto, en el proceso de refinado el aceite de palma se somete a temperaturas de 200ºC para conseguir que carezca de sabor y olor. Sin embargo, ello libera sustancias cancerígenas que incluso son capaces de alterar el ADN.
Los expertos de este organismo oficial europeo consideraron que «hay suficientes pruebas de que el glicidilo es genotóxico y carcinógeno, por lo que no hemos fijado un nivel mínimo de consumo seguro», según explicó la directora, Hellen Knutsen.

El aceite de palma tiene una serie de ventajas

  • No contiene grasas ‘trans’;
  • Se mantiene sólido a temperatura ambiente;
  • Tiene una textura untuosa y no tiene olor, lo que le permite sustituir la mantequilla o las grasas hidrogenadas en muchos productos;
  • Alarga la vida útil de los alimentos gracias a su alta resistencia a la oxidación y su efecto conservante natural;
    Soporta bien los tratamientos térmicos.

Sin embargo, su principal ventaja es su bajo coste. Y es que la palma aceitera se caracteriza por un rendimiento muy alto, factor que, unido a los bajos salarios de los trabajadores en los países productores, convierte este producto en una opción mucho más económica que sus potenciales sustitutos.
Según ha aclarado a ‘El Mundo’ Rafael Garcés, investigador del Instituto de la Grasa del CSIC en Sevilla (España), a principios de la década del 2000 los fabricantes eliminaron de manera progresiva las grasas animales de sus cadenas de producción por ser dañinas para la salud y las sustituyeron por grasas hidrogenadas primero y por aceite de palma posteriormente.
«Habría otras opciones, pero son mucho más caras y no es rentable», ha destacado, detallando que «una tonelada de aceite de oliva cuesta 3.500 euros, una de girasol 900 y una de palma 650». De manera que el de palma es «el aceite más barato que existe».
Para hacerse una idea, cambiar este ingrediente en la Nutella le supondría a Ferrero un coste extra de entre 8 y 22 millones de dólares al año.

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