¿Por qué me afecta la caída del Ibex 35 si no tengo acciones?

¿Por qué me afecta la caída del Ibex 35 si no tengo acciones?

15 enero, 2016
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Actualizado: 15 enero, 2016 0:00
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El Ibex 35, el índice de referencia de la Bolsa española, terminó el año con 9.544,2 puntos frente a los 10.279,5 puntos con los que cerró en 2014, lo que implicó una pérdida del 7%. El año 2016 no ha empezado mejor y en tan sólo 10 sesiones ha perdido el 10,5%, en un ambiente de fuerte presión para la renta variable, tanto por los factores externos, como la caída del petróleo, la debilidad económica y mercados emergentes, como internos, como la caótica situación pollítica de España, con el segundo partido nacional, el PSOE que uiere pactar con la izquierda radical, y una región, Cataluña, que quiere idependizarse del resto del Estado ‘porque España nos roba’. 

Sin emabargo, ¿cómo le afecta esto a un ciudadano de a pie que no tenga inversión en acciones? se preguntan los analistas de Bankinter ¿Es tan simple como dicen los ‘talentosos’ políticos de la izquierda radical que si cae la Bolsa sólo afecta a los ricos especuladores que tiene acciones y que no es un problema económico para el ciudadano de a pie?

Es cierto, que, aparentemente, en nada. O no en su día a día, puesto que su dinero estará sobre todo guardado en depósitos no sujetos a los vaivenes de las Bolsas. Pero si abrimos el enfoque, matizan estos analistas, se dice con razón que la Bolsa es el mejor termómetro de la economía de un país y por tanto, sus variaciones nos afectan a todos en algún momento.

En una explicación simple, podríamos, añaden estos expertos. decir que si el valor de las acciones sube, aumenta la riqueza implícita del inversor que destina parte de ese dinero a consumir. Y al aumentar el consumo, se incrementará la facturación de las compañías, lo que se traducirá en mayores beneficios, y teóricamente en un aumento del empleo. Digamos que es la economía en general la que se beneficia de esta distribución de mayor renta, aseguran los analistas de Bankinter.

Claro que también, los períodos de euforia han desembocado en burbujas, sobrevaloración del precio de los activos y crisis como la que estalló en 2008, aclaran estos expertos. Y nuevamente, el desplome o hundimiento de los mercados es un indicador adelantado de una compleja situación económica como la recesión que estalló en 2008 y que afectó a todos, inversores o no –ese año,  la Bolsa española cerró el peor ejercicio bursátil de su historia, con una caída de un 39,43%–.

Pero la primera consecuencia para todos es que el paro se disparó, llegándose a situar por encima del 26% en 2013, muchos ciudadanos perdieron sus casa porque no podían pagar sus hipotecas, muchas empresas quebraron porque no vendían sus productos, el Estado se vio obligado a recortar en servicios al ciudadano porque no tenía ingresos vía fiscal, las pensiones se pusieron en peligro… y los únicos que tenía una actividad frenética eran los comedores sociales o organizaciones de ayuda como el Banco de Alimentos o Cáritas. Y esto sin tener acciones en cartera. Teniendo acciones, bonos o letras del Estado, participaciones en fondos de inversión o pensiones, etc, la cosa es aún peor.

De hecho, aunque el español sigue siendo un inversor conservador, la participación en Bolsa es cada vez mayor, añaden desde Bankinter. Así, en el segundo trimestre del año (último dato disponible), el volumen de activos financieros de los hogares españoles se situó en 2,063 billones de euros,  según datos del Banco de España, de los que el 37,6% estaban invertidos en depósitos; un 1,2% en renta fija (bonos, obligaciones…) y un 8,25% en renta variable cotizada. De hecho, el porcentaje de activos financieros de los españoles en Bolsa ha pasado de 29.344 millones en 1985 a 137.646 millones en 2007, justo antes de la crisis, a 170.226 millones en junio de 2015.

Otro instrumento inversor que ha tenido un gran éxito son los fondos: ocho de cada diez euros invertidos por las familias en 2015 se dedicaron a la suscripción de Fondos de Inversión, que acumulan en 2015 casi el 80% del total de adquisiciones de activos por parte de los hogares españoles.

Las instituciones de inversión colectiva (IIC) han experimentado un desarrollo importante en España durante los últimos años, de manera que en noviembre de 2015 gestionaban más de 370 millones de euros, lo que representa un porcentaje significativo de la riqueza de los hogares: concentra el 12 % del patrimonio financiero, según el reciente informe Desarrollos recientes de la industria de la inversión colectiva en España, publicado por el Banco de España.

Los ahorradores cuentan con 181.281 millones de euros colocados en fondos nacionales, frente a los 170.226 millones invertidos en compañías cotizadas. El número de inversores alcanzó el pasado noviembre los 9,6 millones, niveles algo superiores a los observados a mediados de 2007, destcan desde Bankinter.

Por tanto, el Ibex 35 no es cosa de 35 empresarios o banqueros que ‘especulan’ para ganar dinero, como nos quieren hacer ver partidos como Podemos o sus amigos de la CUP, Compromis, En Comó o las Mareas, sin olvidarnos de los de las batas blancas, verdes, rojas o moradas o de otro cualquier color que le venga a la mente. La Bolsa es cosa de los 46 millones de ciudadanos con los que cuenta España. Unas empresas fuertes y solidas son el primer garante de la creacción de empleo y de una evolución positiva de la economía.

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