Agricultura alerta sobre el escaso margen del precio del cereal y el contexto geopolítico
ICAL
El viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural, Jorge Llorente, advirtió hoy de que los bajos márgenes y el contexto geopolítico “comprometen” la situación de competitividad de las explotaciones cerealistas de Castilla y León y de España.
Así lo trasladó minutos antes de la inauguración de la VII Bolsa Internacional de Cereales del Duero, celebrada en Valladolid, en la que recordó que la de 2024 es una “situación complicada” en el sector, con la “suma de los insumos” y otros aspectos que los agricultores “no pueden controlar”, además del contexto geopolítico, los acuerdos comerciales y las situaciones bélicas en ciertos territorios del mundo. “En la ecuación de la rentabilidad de las explotaciones, para un agricultor hay muchas variables muy volátiles y difícilmente controlables”, apuntó Llorente, quien abogó por acometer actuaciones de carácter “global”, dado que los precios del cereal se establecen en los puertos.
En este sentido, defendió que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, para la que el cereal es un “sector estratégico y una de las columnas vertebrales del valor añadido bruto que aporta la economía agrícola en la Comunidad”, lleva a cabo herramientas “suficientes” para lograr la “deseada” competitividad de los agricultores, la “generación de riqueza en el medio rural y la lucha contra el despoblamiento”.
Así, destacó que Castilla y León “quiere seguir siendo el granero de España”, motivo por el que la Administración autonómico cuenta con “distintas actuaciones en busca de ese equilibrio de la cadena de valor para que repercuta en el eslabón más débil, el productor”.
También mencionó otro tipo de medidas, entre las que se encuentran la modernización de las explotaciones, actuaciones de infraestructuras agrarias colectivas, como las concentraciones parcelarias, así como la investigación y la innovación y otras ayudas como el releve generacional. De hecho, trasladó que se han registrado más de 1.460 expedientes de incorporación de jóvenes solo en el cereal en las últimas seis convocatorias, el 20 por ciento mujeres; y entre 90 y 100 millones de euros de apoyo. “Consideramos que es muy importante que todas estas medidas se hagan en colaboración de todos”, sentenció Llorente, que abogó por la colaboración de la Junta con las industrias alimentarias y la parte comercializadora, hoy representada en el acto celebrado en Valladolid, “para hacer más fuerte al sector”.
Investigación e innovación
El viceconsejero subrayó otra línea estratégica que desarrolla principalmente el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) y que está vinculada a la investigación y la innovación. “En una agricultura con márgenes muy estrechos debemos ir hacia todo lo que sean medidas de precisión, mínimo laboreo, ahorro energético, uso adecuado de los fitosanitarios, etc, que es vital para los agricultores”, comentó Llorente.
En este punto, desveló que el Itacyl acomete actualmente una docena de proyectos por un valor cercano a los 2,5 millones de euros, que persigue “buscar medidas que puedan ir innovando y mejorar la competitividad de nuestras explotaciones”.
El precio, en los puertos
Durante la Bolsa Internacional de Cereales del Duero se puso de manifiesto que el ni el agricultor ni el almacenista tienen poder para marcar los precios, que hoy en día se establecen en los puertos debido al peso de las importaciones. Así, el presidente de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe), Marcos Martínez (organización que aglutina aproximadamente entre un 65 y un 70 por ciento del sector), explicó que Castilla y León “es una de las comunidades más potentes a nivel de producción de cereales” y su labor es “trabajar por la defensa de los intereses de los más de 200 asociados de la mano y en colaboración siempre con los agricultores, porque al final el objetivo es que vayamos todos de la mano”.
A esta organización están adheridos también fabricantes de piensos, de harina y todos eslabones primarios en la producción de cereales en el territorio nacional.
En la misma línea se posicionó el presidente de Unistock España, Andrés Gómez, que dirige esta asociación de operadores portuarios de graneles agroalimentarios y que está presente en todos los puertos nacionales y en Bruselas, con lo que maneja alrededor del 98 por ciento del flujo de cereales de importación y exportación en España.
Gómez trasladó la “preocupación” por el Reglamento de Deforestación europeo y el impacto que puede tener, sobre todo, en las importaciones de harina de soja, que son la “base de proteína de la producción animal en España y en Europa”. Al margen, destacó que el sector proviene “de unos años que para el campo han sido un desastre”, pero ha demostrado que la red de infraestructuras logísticas portuarias en España es “realmente resiliente”. Y a pesar de una “demanda extraordinaria, se ha conseguido que en ningún momento fallara el flujo de suministro hacia la producción animal, que es la clave del sector en España”. “Sin producción animal, con valor añadido, difícilmente el campo podría subsistir. Tenemos que trabajar todos en fomentar esa visión de conjunto, de que somos un ecosistema, que no somos importadores contra agricultores, sino que todos jugamos un rol, todos somos necesarios; y sin el concurso de todos sería imposible haber llegado a donde hemos llegado o ser uno de los principales productores a nivel mundial en el sector animal”, sostuvo.
Necesidad de la importación
Por último, el secretario general Accoe y Unistock España, José Manuel Álvarez, advirtió de que a pesar de que Castilla y León “es una de las regiones más importantes a nivel europeo en producción de cereal, es un sector deficitario”, si bien explicó que la situación es “bastante mejor que la del año pasado gracias a la cosecha”. “Pero aún así necesitamos cereal del exterior”, consideró.
Álvarez profundizó en los “niveles de precios poco atractivos” en la actualidad debido a una de las mejores cosechas mundiales de la historia, que ha provocado una “gran oferta”. En todo caso, se posicionó a favor de quienes piensan que la guerra en Ucrania “hace tiempo que dejó de influir en el mercado de cereales”, dado que “se asumió que eso estaba así”. “Desde el momento en que el cereal empezó a salir del Mar Negro y a llegar a nuestros puertos, la situación se normalizó”, expresó.
En todo caso, dado que los precios durante una misma campaña “no son iguales”, con periodos que varían entre más altos y más bajos, aconsejó al agricultor “intentar vender en varias épocas a lo largo del año y así poder obtener un precio medio que fuera lo suficientemente atractivo para seguir con su tarea”.
Álvarez manifestó que los precios “no son atractivos para el agricultor”, pero defendió que el almacenista “no los pone, sino los puertos”. “Si estamos recibiendo un cereal de Ucrania o de Brasil a 150 euros la tonelada, tú aquí puedes vender tu cereal a 150 euros la tonelada, más el transporte. Pero no lo puedes vender más caro. Ojalá el mercado te permitiera eso, pero ahora está muy globalizado y las cotizaciones de los precios se marcan en Francia o en la Bolsa de Chicago. Poco puede hacer el almacenista y poco puede hacer el agricultor”, resumió.