El Atazar, la gran fuente de los madrileños

El Atazar, la gran fuente de los madrileños

09 abril, 2016
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Actualizado: 09 abril, 2016 0:00
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Ana Márquez

Madrid, 9 abr.- Pocas veces se puede visitar la galería de una presa como El Atazar, el embalse más grande de la Comunidad de Madrid y una de las mayores obras durante la dictadura franquista, un enclave en el río Lozoya que hoy pueden visitar los ciudadanos en una jornada de puertas abiertas.

Un impresionante embalse de hormigón con una altura de 134 metros, que proporciona más de dos tercios del consumo anual de los madrileños, ya que tiene capacidad para recoger un 45% del agua del total de la región, es decir, más de seis millones de personas.

El Atazar puede albergar más de 425 hectómetros cúbicos y esta mañana ha amanecido con un 85 % de su capacidad, unos 360 hectómetros cúbicos de agua.

El presidente de Canal Isabel II Gestión y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha visitado esta mañana las instalaciones porque es la «ocasión perfecta» para conocer el proceso del agua.

«Hay mucho trabajo detrás de algo aparentemente simple como es abrir un grifo y poder beber agua de excelente calidad», ha afirmado a los medios durante su visita.

Según diversas ONG españolas, millones de personas mueren cada año en el mundo por el consumo de agua contaminada, la falta de instalaciones de saneamiento y las malas prácticas en higiene que provocan la diarrea, la disentería o el cólera.

Garrido ha insistido en el «compromiso social» de la Comunidad de Madrid con la necesidad de agua y con las tarifas congeladas y sociales, y ha asegurado que el Canal seguirá siendo una «empresa cien por cien pública».

En estas jornadas, los visitantes serán guiados por los coordinadores de Educa Canal para conocer la historia de El Atazar y los procesos de gestión para llevar el agua hasta sus hogares y, posteriormente, recoger el agua residual y devolverla a los ríos en condiciones óptimas.

Además, tendrán la ocasión de conocer de cerca el desagüe intermedio o una de las galerías de control, de los 8 kilómetros que recorren su interior, y que normalmente no son visitables.

Otras instalaciones se abren al público durante el fin de semana como la estación de tratamiento de agua potable de Torrelaguna; la estación depuradora de aguas residuales de La Reguera, en Móstoles; y el centro de control y las microturbinas de generación eléctrica en la red de abastecimientos situados en Majadahonda.

El dato más curioso para los visitantes de esta mañana en El Atazar es el sistema de regulación del movimiento que sufre la presa, que puede variar de posición «hasta dos centímetros», explica Roldán, que se controlan que una serie de péndulos o bases de micrómetros deslizantes, entre otras herramientas.

Durante la construcción de la presa, de 1966 a 1972, una media de 950 personas trabajaban en ella y para dar alojamientos a estas familias se crearon pequeños poblados en los alrededores de la sierra.

Algunos de estos poblados se han mantenido como recuerdo de ese tiempo y ofrecen a los visitantes una hermosa vista de la sierra, con vistas a esa gran presa que es El Atazar y que permitirá visualizar la grandeza de esta presa y la naturaleza que le rodea. EFE

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