Bayer negocia comprar la estadounidense Monsanto

La alemana Bayer y la estadounidense Monsanto confirmaron hoy unas conversaciones que eran casi un secreto a voces y que buscan formar uno de los principales grupos industriales del mundo en el sector farmacéutico, químico y de productos y semillas para la agricultura.

La confirmación no fue bien recibida en la Bolsa de Fráncfort donde Bayer ha perdido cerca del 8 por ciento, mientras en Nueva York las acciones de Monsanto subían más de un 4 %.

Después de que la multinacional estadounidense de biotecnología asegurase en un comunicado haber recibido una oferta de adquisición por parte de Bayer, el grupo farmacéutico y químico alemán confirmaba conversaciones entre ambas compañías.

Tal fusión «reforzaría a Bayer como empresa global de innovación en ciencias de la vida, con posiciones punteras en sus actividades principales y crearía una actividad agraria líder integrada», aseguraba la firma alemana.

Según Monsanto, que evitó revelar la cuantía de la oferta, se trata de una propuesta no vinculante y no solicitada.

Los analistas consideran que la operación sería bastante costosa y problemática para Bayer; los expertos del Baader Bank, dicen incluso que para comprar Monsanto la empresa alemana necesitaría un aumento de capital.

Aunque a largo plazo la compra pueda tener sentido desde un punto de vista estratégico, a corto y medio plazo se cree que los títulos del consorcio estarán bajo presión.

Una presión que ha afectado además hoy al grupo químico alemán BASF, interesado también en la adquisición de Monsanto, y que al cierre de Fráncfort había perdido un 1,10 %.

En declaraciones a Efe, un portavoz de BASF rechazó hacer comentarios «sobre especulaciones de mercado» ni en lo relativo a la posible compra de la estadounidense por parte de Bayer ni en lo que respecta a su propio interés por Monsanto.

La comercialización de semillas y herbicidas supone anualmente para Monsanto ingresos por valor de unos 15.000 millones de dólares (casi 13.400 millones de euros).

La multinacional, presente en 66 países y con una capacitación bursátil de 42.000 millones de dólares (unos 37.443 millones de euros), asegura que la agricultura sostenible es uno de sus objetivos clave, aunque la comercialización de semillas genéticamente modificadas le ha valido fuertes críticas por parte de organizaciones ecologistas.

Además, Monsanto comercializa el herbicida más vendido del mundo, el Roudnup, cuya sustancia activa, el glifosato, ha sido clasificada por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer como «posible cancerígeno».

En tanto, el volumen de negocio de Bayer ascendió el año pasado a 46.300 millones de euros (casi 51.900 millones de dólares).

«Monsanto en realidad no quiere ser comprada por una empresa europea», se mostró convencido John Colley, catedrático de la Escuela de Negocios de Warwick.

Aunque no le cabe duda de que la multinacional estadounidense «rechazará la oferta», tendrá que convencer a sus accionistas de que la ha estudiado seriamente.

Desde hace un tiempo abundan los rumores sobre el futuro de Monsanto que se ha especializado en productos para la agricultura y se ha visto afectada por diversas turbulencias en países emergentes, como la recesión en Brasil, o la caída de los precios para productos agrícolas.