El BCE admite que los bajos tipos dañan la rentabilidad de los bancos

El BCE admite que los bajos tipos dañan la rentabilidad de los bancos

07 abril, 2016
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Actualizado: 07 abril, 2016 0:00
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El Banco Central Europeo (BCE) dice en su informe de 2015 que la compra de deuda pública y privada compensa los efectos que tienen en la rentabilidad de los bancos los tipos de interés negativos. No obstante, ha admitido que «los bajos tipos de interés pueden tener implicaciones para aquellos que dependen más de los ingresos por intereses, como quienes tienen cuentas de ahorro». Asimismo los bajos tipos de interés pueden tener efectos indeseados como estimular que los mercados financieros asuman demasiados riesgos.

En el informe, publicado este jueves, el BCE reconoce que los tipos de interés negativos pueden reducir la rentabilidad de los bancos pero hace hincapié en que «no se debe perder de vista otros efectos compensatorios beneficiosos asociados con los programas de compras de deuda y los instrumentos de política monetaria expansiva».

La entidad monetaria europea asegura que estos instrumentos mejoran la capacidad de los solicitantes de un préstamo de devolver sus deudas, lo que tiene efectos positivos en los balances de los bancos al mejorar la calidad de los activos bancarios y reducir sus necesidades de provisiones.

Además, la subida general de los precios de los activos impulsada por la política monetaria expansiva genera apreciaciones de esos activos en los balances de los bancos, según el BCE.

Apostilla que las encuestas recientes no muestran que se hayan producido efectos adversos generalizados de la expansión monetaria en la rentabilidad de los bancos a un nivel de la zona del euro.

De hecho, añade el BCE, algunos bancos han incrementado su rentabilidad tras el comienzo de las compras de deuda pública y privada. No obstante, el efecto de las compras puede variar en la rentabilidad de los bancos según los países, dependiendo de las características del sistema bancario.

El BCE bajó en marzo su tasa de interés rectora, el que cobra a los bancos por refinanciarse a una semana, hasta el 0 % y cobra a los bancos un 0,40 % por sus depósitos a un día en la entidad monetaria.

Asimismo el BCE y los bancos centrales nacionales comenzaron el 9 marzo del año pasado a comprar grandes cantidades de deuda pública y privada de la zona del euro y en diciembre decidió adquirir también deuda emitida por administraciones regionales y locales de la zona del euro.

Es cada banco central nacional quien realiza la compra de los bonos soberanos o de otras administraciones regionales y el BCE coordina la operación.

El BCE ha comprado el primer año deuda pública y privada por valor de 60.000 millones de euros mensuales y a partir de abril de este año ha aumentado las compras mensuales hasta 80.000 millones de euros. Hasta abril el BCE ha adquirido deuda pública por valor de 652.022 millones de euros. El BCE enfatiza en el informe que el riesgo de una inflación muy baja o, incluso, negativa durante demasiado tiempo hizo necesaria «una actuación decisiva». Con sus medidas de expansión monetaria el BCE quiere llevar la inflación a una tasa cercana al 2%. La tasa de inflación de los países que comparten el euro fue en marzo de -0,1%. El BCE prevé que los tipos de interés subirán en la medida que vaya aumentando la inflación.

Exige reformas a los países

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Vitor Constâncio, ha asegurado que el organismo volverá a actuar en caso necesario para estabilizar los precios y fomentar el crecimiento, pero pidió a los gobiernos que pongan en marcha políticas que respalden sus acciones.

«El BCE ha hecho y, dentro de su mandato, continuará haciendo lo que sea necesario para conseguir su objetivo de estabilidad de precios, que ahora también implica tratar de fomentar el crecimiento«, aseguró Constâncio ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

Las acciones del banco central estarán destinadas a «cerrar la negativa brecha de producción que está colocando una presión negativa sobre la inflación«, dijo el banquero portugués. «Sin embargo, otras políticas también deben actuar para lograr una mejora de las perspectivas de crecimiento económico que sea duradera y sostenible», añadió.

Por ello, pidió un «esfuerzo europeo común» con un «plan de acción» basado en tres puntos, centrados en la adopción de reformas estructurales y medidas fiscales: la lucha contra el desempleo, los estímulos fiscales y seguir la integración de la Eurozona. Constâncio afirmó que es «imperativo» hacer «más eficientes las estructuras económicas» para reducir el alto desempleo, por lo que pidió que se actúe para «aumentar la productividad, mejorar el ambiente de negocios y proveer infraestructuras públicas adecuadas».

También pidió que las políticas fiscales «jueguen su papel en la recuperación económica«, con un abanico de medidas que impulse más el crecimiento, siempre respetando las reglas de disciplina fiscal europeas, y de modo que los «países que tengan margen» para ello inviertan.

Además, abogó por una «clara visión» en la profundización de la integración de la zona del euro y alertó contra los riesgos de dejar sin finalizar la Unión Económica y Monetaria, punto en el que pidió especial atención para el sector financiero y la Unión Bancaria de la eurozona.

«Nos dejaría demasiado frágiles y vulnerables para ser capaz de hacer frente crisis futuras», dijo. Constâncio aseguró que se ha avanzado mucho en el saneamiento y fortalecimiento de la banca europea, pero aseguró que no «hay margen para la complacencia» y pidió que se tomen más medidas para resolver los problemas pendientes.

«Muchos de nuestros bancos siguen teniendo problemas con fantasmas del pasado, como los activos heredados o los créditos morosos», dijo el banquero portugués, que aseguró que esta cuestión es una «prioridad» para el BCE.

También defendió la creación de un sistema de garantía de depósitos común, una propuesta que tiene que ser el tercer pilar de la Unión Bancaria, pero que genera fuerte reticencias en países como Alemania.

A modo de conclusión, Constâncio afirmó que «Europa se enfrenta a una serie de desafíos al mismo tiempo, tanto en el ámbito económico, como más allá», unos «problemas que requieren una acción conjunta». El banquero aseguró que el BCE está cumpliendo con su parte y lo seguirá haciendo, «tomando las medidas necesarias para cumplir su mandato«.

«Sin embargo, también es necesario seguir trabajando en otras áreas de política para cimentar las bases de la Unión Europea, fomentar la innovación y la productividad, y poner a la economía en la senda de la creación de crecimiento sostenible y empleo», insistió.

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