Boadella alienta a defender la libertad aun a riesgo de ser llamado «traidor»

Boadella alienta a defender la libertad aun a riesgo de ser llamado «traidor»

Estreno de lujo en los II Encuentros de Verano Universidad de Valladolid
16 julio, 2020
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Actualizado: 17 julio, 2020 12:04
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El escritor y dramaturgo Albert Boadella defendió hoy que ser considerado traidor a la patria “es necesario cuando está amenazada la libertad”. Así lo puso de manifiesto durante su intervención esta mañana en los II Encuentros de Verano de la Universidad de Valladolid (UVa) que, bajo el lema ‘La patria’ dieron comienzo hoy se prolongarán hasta el sábado en torno a esta idea central, con la participación de diferentes expertos desde diferentes ámbitos del saber.

Boadella se refirió a cómo la política ha utilizado la fuerza del arraigo sentimental para promover ideas supremacistas sobre un determinado territorio, y se centró posteriormente en cómo se ha desarrollado el nacionalismo catalán, desde su punto de vista, hasta llegar a la situación actual. “Hay una razón esencial en este proceso, el empeño de una figura clave en esta transformación, Jordi Pujol”, explicó, ya que “nada de lo que se ha visto hubiera sucedido sin esa figura en el momento preciso con el apoyo de los partidos de izquierda en Cataluña y el consentimiento de los medios de comunicación y de la judicatura, así como el silencio de los distintos gobiernos”, que ha transformado a la sociedad catalana en una “tribu de pensamiento único”.

Igualmente se refirió a la estructura de adoctrinamiento del nacionalismo catalán como “similar a la del nacionalsocialismo de Hitler”, porque ambos utilizan el adoctrinamiento en las escuelas y han dividido a la sociedad catalana entre los catalanes y los otros, una idea que conlleva una superioridad de unos sobre los otros, además de adjudicar un enemigo, en este caso, los españoles. De hecho, su sentido crítico con este nacionalismo le ha llevado, dio a conocer en su intervención, a tener que trabajar fuera de Cataluña, porque ningún Ayuntamiento ha querido contratarle, y ante esto concluye que “ser considerado traidor a la patria es necesario cuando está amenazada la libertad”, sentenció.

Por su parte, el actor, director y guionista Oliver Laxe, seleccionado en el Festival de Cannes por sus tres primeras obras, centró la segunda intervención de los encuentros, quien se centró en la patria metafísica, del alma, quien se ha clasificado de “esencialista”, una idea que le ha hecho acabar en el pueblo de sus padres, que un día emigraron a Francia, país en el que se crió.

Su periplo por Marruecos, en donde se instaló en el medio rural durante quince años, le llevó después a encontrar el sitio en el que quiere estar, en este pueblo abandonado de Los Ancares lucenses en el que se siente “inmensamente feliz “ porque “estoy en el sitio donde quiero estar». Además ha sido escenario de su última película ‘O que arde’, nominada a los premios Goya en sus cuatro categorías, en la que han intervenido gente de la zona.

Laxe reconoció no ver el cine como un “trabajo alimenticio» sino como un servicio, ya que opina que hay demasiadas películas. De hecho, para él cada una de sus películas ha supuesto un viaje de transformación en el que quiere reivindicar las virtudes de lo rural porque “estas se ven como sutiles mientras que los defectos son más visibles que en las ciudades, e incluso proyectan dolor”, concluyó.

La investigadora del Departamento de Antropología Física de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Almudena García Rubio protagonizó por la tarde su intervención en su trabajo como arqueóloga y cómo esta profesión se lleva muy bien con la tierra. “De cómo sea la tierra suele depender el estado de conservación de lo que encontramos”, dijo, pero también la tierra como lugar que se habita es un factor importante en las interpretaciones que se hacen sobre el pasado, añadió.

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