Las bolsas chinas se estabilizan tras su desplome interrumpido del lunes

Las bolsas chinas se estabilizan tras su desplome interrumpido del lunes

05 enero, 2016
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Actualizado: 05 enero, 2016 0:00
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Las bolsas chinas se han estabilizado en una jornada de oscilaciones que terminaron en relativamente leves descensos, de un 0,26 % en Shanghái y un 1,36 % en Shenzhen, tras sus fuertes caídas de ayer, interrumpidas por un nuevo mecanismo que impidió que se agravaran.

La jornada del lunes fue la más breve de su historia, al entrar en funcionamiento unas nuevas normas por las que, en caso de caídas como las ocurridas ayer, superiores al 7 % en el selectivo mixto entre firmas de ambos parqués CSI 300, la cotización se suspende automáticamente hasta el día siguiente.

Vistos los resultados de hoy, parece que el nuevo sistema cumplió con su función de dar tiempo para pensar a los accionistas (casi el 90 % en China son inversores individuales sin especiales conocimientos financieros, por lo que ambos mercados son muy volátiles), y así las caídas de ayer no se vieron repetidas hoy.

Ayer Shanghái se desplomó un 6,85 % y Shenzhen otro 8,16 %, pero hoy, aunque en el primer minuto de la sesión hubo también fuertes descensos momentáneos, enseguida se corrigió la tendencia e incluso al final de la mañana Shanghái llegó a registrar, a media sesión, un 0,41 % de ganancias.

Ambos parqués regresaron enseguida al territorio negativo, nada más comenzar la sesión vespertina, donde permanecieron durante el resto de la jornada, y aunque llegaron a caer de nuevo cerca de un 3 % durante la tarde, se recuperaron en el último tramo del día y cerraron con pérdidas muy moderadas en comparación con ayer.

La clave está en los desplomes que vivieron los parqués chinos en julio y agosto pasados, cuando llegaron a contagiarse a otros mercados mundiales, pese a que la inversión extranjera en las bolsas chinas está muy limitada.

El regulador bursátil chino obligó entonces a los grandes accionistas (con el 5 % o más de los títulos de una empresa en cotización) a retener todas sus papeletas durante un plazo de seis meses que termina este viernes, día 8, por lo que a partir del lunes 11 habrá casi un billón de acciones que volverán a ser libres.

Esto no significa que se vayan a vender todas, por supuesto, y hoy el regulador reiteró que es muy improbable que haya ventas masivas.

Aun así, ayer muchos accionistas individuales -que aunque apenas tienen el 30 % de las acciones en Shanghái y Shenzhen, sí mueven tres cuartos de las transacciones diarias, por lo que influyen mucho en los precios-, quisieron anticiparse y empezaron a vender.

Su intención era recoger ganancias antes de que los precios caigan, según sus expectativas, la semana que viene, y eso provocó las abruptas caídas de ayer, que no fueron más profundas porque lo evitó la nueva normativa que se estrenaba ayer precisamente, que cerró los mercados 92 minutos antes de lo habitual.

Los tiempos parecen bien planificados por Pekín desde el verano, ya que el fin de esos seis meses de plazo coincide con este nuevo mecanismo interruptor que nace con 2016, y hay cuatro semanas por delante para que los mercados asimilen ambos cambios antes del parón vacacional por el Año Nuevo Lunar chino, desde el 8 de febrero. 

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