El café, una puerta para el turismo y la educación en Colombia

El café, una puerta para el turismo y la educación en Colombia

29 abril, 2016
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Actualizado: 29 abril, 2016 0:00
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Valentina Mugno P.

Armenia (Colombia), 29 abr.- Los cafetales del departamento de Quindío, en el centro de Colombia, se convertirán en inmensas aulas para recibir a visitantes extranjeros interesados en conocer el proceso que convierte el grano más suave del mundo en una perfecta taza de café.

La iniciativa de Café Quindío y la escuela italiana de café Umami busca unir educación y turismo en torno a uno de los principales productos de exportación del país.

Café Quindío, que desde hace 25 años se dedica al tostado del grano, le apostó a hacer un campamento para que 30 extranjeros de diferentes eslabones de la cadena del café aprendieran la ardua labor que hay detrás de cada taza que preparan.

«Estamos convencidos de que este tipo de actividades contribuye con el posicionamiento del café de nuestra región en el mundo, promueve el turismo de la zona declarada por la Unesco como paisaje cultural cafetero y fomenta la conciencia sobre el comercio justo», manifestó la gerente de tiendas Café Quindío, Laura Moreno.

El primer «Plan de exportación de educación de café en Colombia», como decidieron llamarlo, invita a personas de diversas nacionalidades para que durante diez días realicen las labores de campo, industrialización y preparación para lograr una taza perfecta de café especial 100 % colombiano.

El terreno en esta zona influye en la variedad del grano, especialmente la altitud que va desde los «1.200 a los 1.500 metros lo que brinda al café muchos perfiles de tazas diferentes», manifestó el presidente de la Escuela de Café de Umami, en Italia, Andrej Godina, uno de los organizadores.

El café colombiano tiene la ventaja de crecer en una «buena tierra», pero el problema de la calidad siempre es que «es muy fácil bajarla si se lo trabaja mal, si se lo tuesta mal, y si se lo prepara mal un excelente café se puede arruinar muy fácilmente», explicó a Efe uno de los entrenadores, Andrea Onelli.

Algunos de los extranjeros que vendrán como profesores tienen experiencia en otros campamentos donde han aprendido diversas técnicas que pueden enseñar a los caficultores colombianos para que ellos, a su vez, difundan los conocimientos en la región.

En Costa Rica «se pone la cereza en el patio sin despulpar el café y entonces éste se seca, después se quita la cáscara con todo el pergamino que es lo que está al interior» y queda la semilla, explicó Onelli.

Los organizadores del campamento también buscan concienciar a los extranjeros que se dedican a catar, preparar o tostar el café sobre el trabajo de los caficultores colombianos para promover el comercio justo de este producto, que es una de las bases de la economía del país suramericano.

«Queremos que ellos que están en la última parte de la cadena entiendan por qué se debe hacer un pago justo», enfatizó Moreno.

Los entrenadores estuvieron recolectando café y manifestaron que no eran conscientes del trabajo de los caficultores.

Tras esta experiencia dijeron: «cuando haces la recolecta se entiende la fatiga que hay por cada cereza».

Asimismo, el campamento destinará espacios para el comercio entre los entrenadores y sus aprendices.

«La última parte que haremos con empresarios y comités de la región es un espacio de negociaciones para venta de maquinaria de café, de café verde y café tostado», agregó Moreno.

Los organizadores pretenden que este campamento sea un evento permanente para aumentar el turismo durante la temporada de cosecha del café, entre abril y octubre, meses en los que se registra menos viajeros en la región del Eje cafetero, formada por los departamentos de Quindío, Risaralda y Caldas. EFE

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