Carmena se niega a denunciar a los okupas que incitaron la violencia en Lavapiés

El Ayuntamiento de Madrid, dirigido por Manuela Carmena, ha contestado con mucha tibieza a las revueltas del pasado jueves y del viernes a mediodía en Lavapiés.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, dijo el viernes que la gestión del Ayuntamiento de la capital en los disturbios ocurridos en el barrio de Lavapiés tras la muerte, el pasado jueves, de un mantero fue «correcta», por lo que considera que ningún miembro del Gobierno municipal debería dimitir.

«¿Por qué va a haberla?, ¿dimisión de qué? Nadie ha tenido ninguna actitud que genere ningún tipo de reproche», ha asegurado a los medios en sus primeras declaraciones públicas tras las protestas, que se saldaron con seis detenidos y diez heridos.

Carmena lamentaba «muchísimo» la muerte del senegalés Mame Mbaye, de 34 años, a causa de un paro cardíaco, y los «terribles desórdenes» que sucedieron, pero ha defendido que «la gestión que hizo el Ayuntamiento fue correcta».

No obstante, según ha publicado ABC uno de los primeros colectivos en echar gasolina al fuego fue La Ingobernable, el edificio municipal okupado desde hace diez meses junto al paseo del Prado, con el beneplácito del Consistorio podemita, que se niega a denunciar la usurpación. Los antiguos okupas del Patio Maravillas (de donde procede al menos media docena de ediles de Carmena) subieron ese 15 de marzo «tuits2 como este: «Mmame ha sido asesinado por pobre y por la ley de extranjería. Esto es la punta del iceberg del racismo institucional sistemático».

Pero, los de La Ingobernable no son los únicos okupas beneficiados por el Gobierno de Ahora Madrid, marca blanca de Podemos en la capital. En la plaza de Nelson Mandela se ubica La Quimera, otro nido radical a cuyas puertas prendieron fuego la madrugada del viernes a numeroso mobiliario urbano, incluida una estación de Bicimad.

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