Carnero alegará al Plan Hidrológico y pedirá 7.000 hectáreas más de regadío

Carnero alegará al Plan Hidrológico y pedirá 7.000 hectáreas más de regadío

08 noviembre, 2021
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Actualizado: 08 noviembre, 2021 13:15
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El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, avanzó hoy que su departamento presentará alegaciones al Plan Hidrológico del Duero 2021-2027 para incorporar 7.000 hectáreas más de regadío en el documento, que en su borrador inicial incorpora un total de 49.000 hectáreas de secano que se transformarán. A este respecto, la presidenta de la Confederación, Cristina Danés, avanzó que estudiará la petición, que estará en todo caso condicionada a no poner en riesgo inversiones en marcha por parte de otros regantes, que “puedan contar con esa garantía de suministro de agua” y vean un problema si se suma superficie”.

Así lo pusieron de manifiesto ambos responsables en una de las reuniones periódicas mantenida hoy para tratar asuntos que afectan a ambas administraciones. Sin embargo, la relevancia del Plan Hidrológico, actualmente en fase de alegaciones hasta el 22 de diciembre, otorgó si cabe más importancia al encuentro, en el que los representantes del Gobierno regional expusieron los pormenores de las alegaciones que presentarán al Plan.

Las 7.000 hectáreas planteadas por el consejero se encontrarían en cuatro zonas: Valderas, en León, el Sector V del Cea-Carrión y en Valdavia, ambas en Palencia, y la ampliación de La Armuña, en Salamanca, que está recogida en el plan pero de forma “insuficiente”, a juicio de Carnero. La Junta defiende que la densidad de población se multiplica por tres en las zonas de regadío respecto a las de secano, se genera un valor añadido bruto 3,5 veces mayor que en las explotaciones de secano y la realidad es que se incorporan 6,5 veces más de jóvenes respecto a secano.

El consejero insistió en que la lucha contra el cambio climático, algo en lo que coincidió con Danés que debe ser la base del documento, es una cuestión “necesaria, no una imposición”, por lo que abogó por “adaptar la posición no de inmovilismo y sí de un uso racional del agua”. Admitió, igualmente, una “inquietud” por parte de la Junta por el Plan Hidrológico que se hará notar en esta fase de alegaciones.

Carnero explicó que la cuenca del Duero es la que menor capacidad de regulación tiene, dentro de las grandes de España, por lo que su departamento apostó por incrementar esta capacidad, algo que defendió por tres motivos. En primer lugar, apeló a la importancia de “resolver problemas” de regulación estructurales en zonas con déficits para atender las demandas actuales, pues la cuenca “está en el 12 por ciento de déficit en este sentido”, nueve puntos porcentuales por debajo de la media nacional. “Es decir, somos deficitarios en regadíos”, dijo.

Cuenca “infradotada”

En segundo, consideró que la cuenca está “infradotada” en regulación de agua, con el 30 por ciento de capacidad “cuando hay margen de crecimiento de hasta el 50 por ciento”. También habló de permitir la garantía de mantenimiento de los regadíos de aguas subterráneas en el futuro, principalmente en el sur de Valladolid, nordeste de Salamanca, norte de Ávila y noroeste de Segovia, “sin aplicar limitaciones a las actividades existentes en la actualidad”, algo que se podría aliviar, dijo, con una ampliación de la presa de Santa Teresa.

A ello respondió la presidenta de la CHD, que condicionó estas medidas a la reducción de la contaminación difusa, “el principal problema de la cuenca actualmente”, para el que se destinan casi mil millones de euros en el Plan de los 2.700 totales, y para que los regantes “contribuyan a evitar el problema y que pasará por las ayudas en la nueva PAC en su componente verde”.

Por otro lado, Carnero reivindicó que la cuenca sea más resiliente frente a las consecuencias del cambio climático, “permitiendo las actividades necesarias que se precisan para garantizar el desarrollo rural en el territorio y el mantenimiento de la actividad socioeconómica, la población y el empleo en este medio”. “Podemos llegar a un buen acuerdo. Queremos que el agricultor que está en el escudo de la CHD se mantenga; y la clave es hacer un uso más eficiente del agua”, sostuvo el consejero.

En virtud de lo anterior, Carnero señaló que el Plan Hidrológico actual contempla únicamente dos regulaciones, que son las del Órbigo, cuya fase de información pública está llegando a su fin y se prevé próximamente sacar a licitación el proyecto; y la del Carrión y las Cuezas, si bien esta última está dotada con unas cantidades de inversión muy escasas para este periodo (cinco millones de euros para cada una de las dos presas proyectadas en la zona), que no permitirán poner en marcha estas infraestructuras a lo largo del periodo”, como señala el borrador de Plan”.

Sobre este asunto, Cristina Danés defendió que “no se pueden abordar nuevas estructuras de regulación si no hay garantía de suministros, porque no tendría sentido.

Otras peticiones

La Consejería aprovechará la fase de alegaciones para reclamar también la regulación del Cega, a través de la presa de Lastras de Cuéllar, que figuraba en el Esquema Provisional de Temas importantes de esta planificación y “ha desaparecido”. Por otro lado, añadió, es preciso incrementar la regulación del Tormes para que permita mantener e incluso incrementar las superficies de regadío dependientes de La Armuña que quedan pendientes de transformar y que tienen como objetivo principal sustituir regadíos que actualmente se nutren de recursos subterráneos”.

Objetivo del ‘reto demográfico’

En la concepción de la planificación hidrológica ha de tener un peso muy importante en la cuenca del Duero el objetivo del ‘reto demográfico’, según la Junta. Este aspecto “ni siquiera se cita entre los condicionantes de la planificación”, y ello conlleva que el análisis y sobre todo las medidas propuestas “tengan efectos negativos sobre la población y el territorio rural en Castilla y León”.

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