Las cervezas artesanales ganan peso en Portugal, país de los vinos

Las cervezas artesanales ganan peso en Portugal, país de los vinos

16 febrero, 2016
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Actualizado: 16 febrero, 2016 0:00
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Bárbara Almeida

Lisboa, 16 feb.- Lejos de las cervecerías industriales, el nicho de la cerveza artesanal portuguesa se posiciona en el mercado local como una alternativa, que mezcla tradición e innovación, a la manera clásica de consumir cerveza.

La tendencia de la recuperación de técnicas milenarias para fabricar nuevas cervezas se instaló en territorio luso hace poco más de tres años, con la creación de los primeros establecimientos de consumo y el surgimiento de productores locales.

Antes, sólo había un grupo de fieles seguidores que producían de forma artesanal en sus casas, o viajaban para saborear cervezas diferentes de las de las marcas populares.

En la actualidad, existen más de veinte microproductores que dan dinamismo y sofisticación al sector en Portugal, según datos de la Asociación Portuguesa de los Productores de Cerveza (APCV).

Aunque las cifras son aún muy modestas en comparación con otros países europeos -donde la ‘birra’ artesanal es todo un fenómeno-, ya hay cerca de un centenar de cervezas de este tipo producidas en el país, lo que refleja un crecimiento expresivo en los últimos años.

Especialmente significativo es este aumento si se tiene en cuenta que, en Portugal, el vino sigue siendo el gran referente a la hora de sentarse a la mesa.

Según Rui Matias, propietario de la Cerveteca -el primer establecimiento dedicado exclusivamente a este producto-, se estima que hay entre 30 y 50 estilos de cervezas diferentes, en función de los métodos de producción y los ingredientes utilizados, -malta, lúpulo, trigo, frutos rojos o amarillos-, que son los que finalmente definen el aroma, color, sabor, espuma o nivel alcohólico.

Entre las categorías más conocidas en el ámbito artesanal, figuran la India Pale Ale (IPA), Wit, Stout, Porter, Tripel, Saison, Dubel, Tribel o la Blonde.

«Hay cervezas que se mantuvieron siempre iguales, con recetas de 1600, y otras que parten de recetas históricas, pero también hay muchas innovaciones, como cervezas envejecidas en barriles de whisky», explicó Matias en declaraciones a EFE.

En la concepción de una cerveza artesanal, hay dos factores claves: la variedad de ingredientes y, sobre todo, una baja mecanización en el proceso de fabricación.

Con una carta que ofrece más de cien opciones de cervezas de estilos y nacionalidades diferentes, la apuesta principal de la Cerveteca son los productos menos conocidos, «estilos casi marginales de cerveza».

Sérgio Romão, socio-gerente de la cervecería artesanal Oitava Colina, considera que el desafío está más en cambiar la forma de consumir la cerveza.

«La cerveza artesanal acaba, muchas veces, por entrar en el territorio del vino, o sea, por acompañar una buena comida por ejemplo», comentó a EFE.

Hoy en día, en los restaurantes y bares de la capital lusa es cada vez más frecuente encontrar cervezas belgas, danesas, suecas, junto a las típicas cervezas portuguesas.

La Oitava Colina, en el barrio lisboeta de Graça, produce las cervezas «Urraca Vendaval», del tipo India Pale Ale (IPA); «Zé Arnaldo», del tipo Robust Porter; y «Florinda», del tipo Lager.

Los rótulos muestran un personaje en cada una de ellas, cuya personalidad se asemeja al tipo de cerveza, acompañado de ilustraciones del artista urbano portugués «gonçaloMAR».

Además, la marca propone acompañamientos con entradas y platos, o temperaturas ideales de consumo, entre otras sugerencias.

De acuerdo con Romão, el sector se ha organizado para reeducar el mercado consumidor, basándose en el principio de la pluralidad de tipos, marcas y firmas.

«Esto no es una moda, es un cambio en la forma como se consume la cerveza», destacó.

En la búsqueda por particularizar el producto, el sector investiga nuevas fórmulas con ingredientes nacionales, como es el caso de la cerveza «Letra on Oak», de la fábrica Cerveja Letra, envejecida en casco de vino de Oporto.

«Afortunadamente, tenemos cosas típicas muy buenas» que ayudar a crear «un producto único», subraya Sérgio Romão.

Como ejemplo, cita fórmulas que incluyan el uso de naranjas del la región del Algarve (sur), el lúpulo portugués o incluso el coñac que se produce en Lourinhã (centro). EFE

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