La Comisión Europea lanzó un cable político a Rohaní con visita masiva

La Comisión Europea lanzó un cable político a Rohaní con visita masiva

17 abril, 2016
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Actualizado: 17 abril, 2016 0:00
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Álvaro Mellizo

Teherán, 17 abr.- La Comisión Europea (CE) le lanzó al gobierno del presidente iraní Hasán Rohaní un importante cable político y subrayó el apoyo implícito europeo a sus políticas moderadas y de apertura con la visita de siete de sus miembros y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.

En un fugaz viaje de menos de 24 horas el sábado pasado a Teherán, Mogherini y los comisarios reafirmaron el interés de la UE en restablecer no solo los lazos bilaterales políticos, económicos y comerciales, sino también los culturales y educativos.

Sin embargo, más allá de los temas en los que se anunció la profundización de relaciones, el enorme peso político de la comitiva europea -hay pocos precedentes a la hora de enviar hasta ocho miembros de la CE de forma simultánea a un tercer país- y el mismo lenguaje empleado durante el viaje constituyeron un claro mensaje de apoyo a Rohaní y a su gobierno ante el pueblo iraní, y sobre todo, ante los críticos internos a su labor en el seno del régimen.

Y es que tanto Mogherini como sus compañeros del «gobierno» comunitario, coincidieron en subrayar una y otra vez durante el viaje las ventajas que la apertura económica y la mejora de las relaciones con Occidente pueden reportar a los iraníes, una retahíla también repetida hasta la saciedad por Rohaní y los suyos para defenderse de sus enemigos internos.

El presidente iraní accedió al poder en 2013 con la promesa de mejorar la situación económica del país y las relaciones de Teherán con el mundo.

Con el logro del acuerdo nuclear que puso fin a las sanciones económicas sobre la República Islámica, Rohaní avanzó en este camino, si bien aún no logró que el pueblo iraní se beneficie del auge de las inversiones extranjeras que supuestamente iban a inundar el país tras el acuerdo.

Si bien las visitas comerciales ha sido muchas y las perspectivas alentadoras, los resultados aún están lejos de lo deseado por el Gobierno iraní.

Los sectores más duros del régimen iraní, incluido el líder supremo Alí Jameneí, no han cejado de atacar a Rohaní en este campo, apuntando que sus políticas de acercamiento no han reportado nada y que incluso en el exterior aún hay barreras que impiden el desarrollo de relaciones económicas con Irán.

Básicamente, se acusa al presidente de hablar mucho pero no obtener ningún resultado, signo tanto de su incompetencia como de la «maldad» intrínseca de Occidente hacia la República Islámica y sus deseos de «traicionarla», lo que justificaría dar un paso atrás en su proceso de apertura.

Sin embargo, junto al ministro de Asuntos Exteriores Mohamad Yavad Zarif, Mogherini se refirió expresamente hasta seis veces en una breve alocución a la prensa a que este viaje europeo constituía no solo un «símbolo» de mejora de las relaciones, sino que ofrecía resultados «tangibles y reales» para mejorar la vida de los iraníes.

«Queremos que el pueblo iraní tenga y vea los beneficios del acuerdo en sus vidas cotidianas»; «Vinimos a tener un diálogo constructivo y concreto (…) buscamos resultados concretos»; «El diálogo constructivo en tantas áreas, y lo subrayo, puede y será una diferencia real en las vidas de los iraníes»; «Abrimos un nuevo capítulo de trabajo concreto y substancial, que reportará a nuestros pueblos», fueron expresiones usadas por Mogherini.

Esa insistencia en la «concreción», que también fue repetida por comisarios como el español Miguel Arias Cañete, constituye una respuesta directa a las críticas de Jameneí, quien la semana pasada lamentó durante una reunión con el primer ministro italiano, Mateo Renzi, en Teherán la falta de resultados pese a el enorme número de visitas comerciales que ha recibido el país.

Pese a diferencias evidentes entre la CE y el gobierno iraní, ambos parecen cómodos con sus interacciones y confiados en que el acercamiento postacuerdo nuclear será beneficioso para ambos, no solo en términos económicos, cuya influencia subyacente es evidente, sino también políticos, y con esta visita los europeos no han dudado en hacerlo visible. EFE

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