Credit Suisse: 200 despidos en banca de inversión
La primera ola de despidos en Credit Suisse tras su absorción el pasado mes de marzo por parte de UBS se ha saldado con 200 puestos eliminados en la unidad de banca de inversión del antiguo banco a nivel mundial, destacaron hoy varios medios del país.
Estos recortes de empleo se produjeron en todos los niveles de dirección de la unidad de banca de inversión, así como en la de mercado de capitales, y afectaron a la mayoría de las sucursales del banco suizo, destacaron medios como Radio Televisión Suiza (RTS) .
En concreto, el área más afectada fue la de mercados de renta variable.
Tanto UBS como su ahora subsidiaria Credit Suisse evitaron hacer declaraciones al respecto de estos despidos.
Según la prensa económica, estos despidos, que habrían comenzado el 31 de julio, continuarán con otros dos nuevos recortes de plantilla en septiembre y octubre.
Además de estos primeros despidos, la agencia de noticias estadounidense Bloomberg informó este miércoles del cierre de la sucursal de Credit Suisse en Houston (EE. UU.).
Credit Suisse puede despedir entre 20.000 y 30.000 trabajadores
La prensa suiza calcula que los recortes de plantilla en el nuevo gigante bancario surgido de la fusión entre UBS y Credit Suisse podrían afectar a entre 20.000 y 30.000 empleados de una plantilla combinada de 120.000.
Los analistas estiman que se reducirá en un 85 % la plantilla del banco absorbido dedicada en todo el mundo a la banca de inversión (de 17.000 a 2.500 empleados), dado que UBS, que concluyó la absorción de su antiguo rival en junio, también posee una rama muy desarrollada en este tipo de negocio.
Financial Times incluso ha adelantado que algunos de los especialistas en inversión ya han abandonado voluntariamente la entidad para comenzar a trabajar en otros bancos que los han contratado ante su amplia experiencia, entre ellos entidades como Deutsche Bank o el Santander.
UBS adquirió Credit Suisse por apenas 3.000 millones de francos suizos (3.100 millones de euros) para salvarlo de la quiebra tras años de escándalos y malas decisiones financieras, en una operación de emergencia que contó con amplias garantías crediticias por parte del Gobierno helvético.