Cuando las multitudes tienen sentido: las finanzas alternativas en la era covid
Entre 2018 y 2019 el mercado global de las finanzas alternativas creció un 3%. Imagen: iStock.

Cuando las multitudes tienen sentido: las finanzas alternativas en la era covid

23 diciembre, 2021
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Actualizado: 23 diciembre, 2021 11:47
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En general, cuando pensamos en financiación la imagen que primero nos viene a la cabeza es la hipoteca: no en vano, en España el 76,9% de los hogares ocupaba viviendas en propiedad en 2020, tanto con pagos pendientes como sin ellos, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, para la mayor parte de nosotros la forma más habitual de crédito es el hipotecario, que representa cerca de tres cuartas partes de la deuda de las familias. El llamado crédito al consumo –los préstamos que pedimos al banco para comprar un coche, por ejemplo– constituyen la otra gran pata de nuestra relación con los bancos.

El panorama cambia sustancialmente en el mundo corporativo. La financiación a las empresas representaba en el segundo trimestre del año casi el 83% del PIB. Los préstamos bancarios son algo más de la mitad. El abanico de posibilidades se completa con instrumentos como los bonos –títulos que el emisor se compromete a devolver al comprador, con intereses–, la ampliación de capital –ampliar el número de acciones o diluir el valor nominal de las ya existentes– o, sobre todo en el caso de emprendedores y startups, las rondas de financiación –por las que quien invierte, sea una persona o una institución, pasa a formar parte del capital de la empresa–.

Además de estos instrumentos, en los últimos años hemos asistido al auge de la denominada financiación alternativa: aquellas actividades de financiación que han surgido fuera de los sistemas bancarios y los mercados de capitales tradicionales, y tienen base digital. Estas alternativas incluyen modelos de préstamo, inversión y no inversión que permiten a individuos, empresas y otras entidades recaudar fondos a través de un mercado digital, como explica el 2nd Global Alternative Finance Market Benchmarking Report, publicado por el instituto de investigación Cambridge Centre for Alternative Finance (CCAF).

La unión hace la fuerza

En este escenario, destaca una fórmula de financiación alternativa basada en las multitudes. El crowdfunding, también conocido como financiación colectiva o participativa, se apoya en la unión de muchos pequeños inversores para, entre todos, aportar el capital necesario para desarrollar un proyecto. Grosso modo, los pequeños inversores participan de dos maneras: o bien se convierten en socios del proyecto o la empresa a la que brindan financiación –el modelo de equity– o bien actúan como prestamistas, acordando un tipo de interés y un plazo para la devolución del préstamo –el modelo de deuda o crowdlending–.

El informe de CCAF hace hincapié en el auge del crowdfunding inmobiliario, que pone al alcance del pequeño inversor activos –y rentabilidades– hasta hace poco reservados exclusivamente a los grandes fondos. “El crowdfunding inmobiliario lleva tiempo funcionando en España, pero en 2021 es la primera vez que se han financiado proyectos de envergadura –explica Diego Bestard, CEO de la plataforma de crowdfunding inmobiliario Urbanitae–. En Urbanitae hemos llegado al límite que marca la Ley 5/2015 de fomento de la financiación empresarial y supervisa la CNMV de 5 millones de euros en un solo proyecto, la promoción que llevamos a cabo en Tenerife, de 143 viviendas. O sea que el crowdfunding ya no es única y exclusivamente para proyectos pequeños de promotores pequeños, sino que ya es una vía alternativa de financiación viable para cualquier tipo de promotor y cualquier tipo de promoción”.

Una parte del éxito de estas herramientas tiene que ver con la incertidumbre económica asociada a la pandemia de covid-19, que ha tenido efectos sobre el acceso a la financiación bancaria: la encuesta sobre préstamos bancarios del Banco Central Europeo (BCE) apunta que en la segunda mitad de 2020 y el primer trimestre de 2021 se produjo un endurecimiento neto de las condiciones del crédito. Pero la tendencia ya existía.

De hecho, entre 2018 y 2019 el mercado global de las finanzas alternativas creció un 3%, hasta alcanzar los 91.000 millones de dólares, según el informe de CCAF. Y en 2020, pese a la pandemia, el incremento anual fue de nada menos que el 24%, hasta alcanzar los 113.000 millones de dólares (las cifras excluyen a China, cuya participación se ha reducido notablemente debido a cambios regulatorios).

En el caso del crowdfunding inmobiliario, el atractivo del sector ha facilitado la proliferación de actores: la CNMV, organismo encargado de supervisar estas plataformas en España, tiene registradas en la actualidad 27. Las previsiones son halagüeñas: según los expertos de KPMG, la financiación alternativa podría alcanzar el 50% del mercado en 2025. En el caso de Urbanitae, que en dos años de andadura ha financiado cerca de 40 millones de euros, estiman lograr 100 millones de nueva financiación en 2022.

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