Cuatro de cada diez adolescentes ha recibido mensajes de contenido sexual en su móvil
Cuatro de cada diez adolescentes de entre 11 y 18 años de la Comunidad reconoce haber recibido mensajes de contenido erótico o sexual, además de ser una práctica cada vez “más habitual”, mientras que un 18 por ciento asegura que ha quedado con gente que ha conocido a través de las redes sociales e internet. Son dos de las conclusiones del informe de Unicef ‘Impacto de la tecnología en la adolescencia en Castilla y León’, tras una encuesta realizada entre 2.885 estudiantes de ESO de 19 centros educativos de todas las provincias.
El estudio, presentado hoy en Valladolid, hace hincapié en la necesidad de hacer un uso “saludable” y “responsable” de las TRIC (tecnologías de la Relación, la Información y la Comunicación) que una utilización “problemático” de internet y las redes sociales afecta “seriamente” a la vida de los jóvenes, sus estudios, el ejercicio físico, el cuidado personal y, sobre todo, a su salud. No en vano, existe el riesgo de caer en dependencias y ludopatías.
La coordinadora de Unicef Comité Castilla y León, Rocío Gutiérrez, aseguró, según recogió la Agencia Ical, que la tecnología es un “reto” y un “desafío” para toda la sociedad, pero sobre todo entre la infancia y la adolescencia. No en vano, reconoció que el uso del teléfono móvil y las tecnologías entre los adolescentes está “claramente” generalizado desde edades muy tempranas. Y es que los niños de Castilla y León tienen su primer teléfono móvil a los 11 años.
Está claro que las aplicaciones y las redes sociales forman parte del día a día de las nuevas generaciones. “Esto es algo innegociable para ello pero no tiene por qué ser malo, por que los adultos también lo utilizamos. La clave es integrarlas de forma armónica en su desarrollo personal y social, que es un gran desafío”, precisó. Prueba de ello es que el estudio ha concluido que el 93 por ciento de los encuestados tiene un móvil con conexión a internet, el 89 por ciento se conecta a la red a diario y el 45 por ciento usa el móvil más de cinco horas a diario el fin de semana. Además, el 98 por ciento de los adolescentes utiliza una o más aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp y un 81 por ciento está registrado tres o más redes sociales, de forma simultánea.
Hay otros datos preocupantes como que la mitad de los adolescentes duerme con el móvil en su habitación y uno de cada cinco se conecta por la noche, a partir de medianoche. Horas en que, según la coordinadora autonómica, hay mayor probabilidad de entrar en situaciones de “riesgo”.
Gutiérrez alertó del uso “intensivo” del móvil y la tecnología y con poca o nula supervisión de las familias. No en vano, solo el 32 por ciento de los encuestados en la Comunidad reconoció que les ponen límites o normas sobre su uso de internet y pantalla. “Los datos indican que, a veces, hay una falta de presencia y acompañamiento de los jóvenes por parte de las familias, lo que les lleva a buscar compañía y apoyo en internet y las redes sociales. Esto puede derivar en problemas de convivencia”, significó.
Citó el dato de que dos de cada tres encuestados cuenta con más de un perfil en una misma red social, uno que utiliza para su familia y conocidos y otro que usan para su grupo de iguales. “Los progenitores pueden tener una falsa sensación de control o de seguridad”, declaró. De ahí que Unicef recomiende planificar la llegada del primer móvil, configurar la privacidad del teléfono y contar con una herramienta de control parental.
El trabajo ha sido posible gracias a la colaboración de Unicef España, la Universidad de Santiago de Compostela y el Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería en Informática para proporcionar un diagnóstico el uso y el impacto de la tecnología en los adolescentes con el análisis de distintos ámbitos como el uso de internet y redes sociales, consumo de videojuegos, juego ‘on line’ y algunas prácticas de riesgo como el ‘sexting’ (enviar mensajes, fotos o vídeos de contenido erótico o sexual), el contacto con desconocidos y ciberacoso. Y es que el estudio se puede concluir que uno de cada tres adolescentes en Castilla y León hace un uso problemático de Internet y las redes, o que uno de cada cinco podría tener un cierto “enganche” a los videojuegos. “La salud mental de los adolescentes pueden verse afectados tras haber sufrido ciberacoso, contacto con extraños ya que el 57 por ciento de los encuestados ha aceptado a desconocidos en las redes sociales y padecer chantajes o extorsión y acceder a contenidos que no son apropiados para su edad”, expuso.
La responsable de campañas de sensibilización de Unicef España, Belén Andrade, aseguró que el margen de error del informe, realizado entre noviembre de 2020 y abril de 2021 ha sido muy bajo (0,5 por ciento), tras haber tenido un “cuidadoso” proceso de depuración. No en vano, los cuestionarios se enviaron inicialmente a 3.627 adolescentes aunque al final se quedó en 2.885. Además, se contó con la colaboración de los equipos directivos y de orientación psicopedagógica así como las asociaciones de padres y madres de los centros.
Gutiérrez destacó que la finalidad del estudio es poner a disposición de las instituciones y toda la sociedad datos objetivos sobre los hábitos de uso de la tecnología que tienen los adolescentes. “Queríamos conocer qué les motiva, qué emociones les generan las redes sociales y la tecnología, las creencias que tienen en torno al uso de estas tecnologías y sus expectativas. En definitiva, comprender qué papel ejercen en la vida diaria de nuestros hijos y, en consecuencia, ser capaces de diseñar estrategias para prevenir posibles riesgos y promover hábitos de uso más saludables”, aseveró.
Añadió que la falta de conocimiento sobre algunos peligros que existen y la falta de conocimientos sobre medidas preventivas pueden poner en riesgo a “muchos” adolescentes. En este sentido, la presidenta de Unicef Comité Castilla y León, Eugenia García, se refirió a la importancia de que los padres puedan supervisar los contactos que mantienen los chicos y conversar sobre sus amistades digitales para evitar posibles riesgos.
Entre las recomendaciones recogidas en el informe están, principalmente, hacer un uso “equilibrado” de la tecnología y llevar a cabo un acompañamiento de los padres desde el primer momento cuando los hijos tienen un dispositivo móvil. “Los mayores ‘influencers’ de nuestros hijos son los padres y madres, por lo que hay que centrarse en la educación y la prevención. El ejemplo es clave. No usar el móvil durante las comidas y dejar el móvil fuera de la habitación ayudan a nuestra propia higiene digital y transmitir los valores adecuados para disminuir las conductas de riesgo”, añadió Belén Andrade.
Formación de las familias
Otras claves son que las familias deben tener la formación y herramientas necesarias para poder acompañar a sus hijos en el uso seguro de las tecnologías; promover la importancia del sistema educativo para que los adolescentes tengan la formación necesaria para manejarse por internet; políticas más “contundentes” de las instituciones para contar con la protección necesaria en el entorno ‘on line’ para proteger sus derechos y su imagen en la red y el papel de la industria tecnológica, que tiene un rol fundamental en cuanto a los desarrollos tecnológicos, teniendo en cuenta las necesidades de los niños en cuanto al aprendizaje con el uso de herramientas tecnológicas. En este sentido, deben existir normas claras de uso y mecanismos de verificación de la edad para que no accedan a contenidos perjudiciales.