Daniel Baldi, el uruguayo que eligió su propia aventura de libros y fútbol
sábado 12/03/2016
Actualizado: 12/3/2016 00:00
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Juan Ignacio Mazzoni

Montevideo, 12 mar.- Acercar a los adolescentes las complejidades del mundo adulto con el fútbol como «condimento» es la clave del éxito de los libros del jugador uruguayo Daniel Baldi, que con 34 años y 12 obras publicadas se ha ganado un lugar destacado en los anaqueles juveniles de las librerías de varios países.

La universalidad de los problemas retratados en sus obras, entre las que se destacan especialmente «Mi Mundial» (2010) y «La Botella F.C.» (2006), llevó a que lograra publicar no solo en Uruguay sino en Argentina y Perú, así como en Paraguay y México, donde sus libros, además, fueron incluidos en los programas escolares oficiales.

«El mundo del fútbol es muy rico, porque está el personaje malo, el ambicioso, el frívolo, el amor, la droga… Hay de todo para hacer novelas», explicó Baldi sobre sus historias, que en su mayoría se desarrollan en torno al deporte del balón pero este es apenas un escenario para retratar asuntos más complejos.

Por eso, lejos de ser condescendiente o sobreprotector, cuando escribe asume «riesgos» e incluye en sus novelas temas a los que se pueden enfrentar los jóvenes, como la sexualidad, la pobreza, la exigencia profesional y las drogas.

En momentos en los que el hábito de la lectura del público juvenil compite contra otras formas de diversión, el escritor-jugador tiene una profunda empatía con su público mayoritario, al tratar de acoplarse a sus tiempos y adaptar su manera de escribir.

«No por eso sos (eres) peor escritor. El tiempo cambió y todo es más dinámico, el nivel de atención también es más rápido, entonces cuando logras que el adolescente agarre un libro que no tiene dibujos, que lo único que tiene son palabras, y se engancha y se queda leyendo, con eso yo estoy más que satisfecho», aseveró.

Su pluma logró las loas del mítico escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015), uno de sus referentes literarios y acérrimo futbolero, que un día se apareció en su casa para conversar y aconsejarlo.

«Tuve la suerte de que me ponderara él a mí cuando tendría que haber sido al revés, porque para mí fue un genio. Tuve la suerte de que él me diera consejos, de que me viniera a visitar a casa y de que me trajera sus libros autografiados», rememoró.

Procedente de la ciudad uruguaya de Colonia (oeste), Baldi pasaba sus tardes jugando a la pelota en el patio de su casa después de la escuela, entre los ruegos de su madre para que se acercara a la lectura.

Sin embargo, fue un amigo suyo el que a los 9 años le acercó un volumen de la colección «Elige tu propia aventura», que lo volvió un lector contumaz aficionado por la ciencia ficción y el terror.

Con el tiempo, incorporó a Julio Verne, J.R.R. Tolkien y Stephen King como sus autores de cabecera, y la escritura se volvió para él una válvula de escape.

Al mismo tiempo, desarrolló su carrera como jugador, primero en las ligas infantiles y luego en las divisiones inferiores del Plaza Colonia, el equipo de su ciudad, hasta que se le presentó la oportunidad de ir a jugar al Peñarol de Montevideo como integrante del cuadro de cuarta división.

Tras un año en la capital, la carrera en el club aurinegro no prosperó, por lo que volvió a su ciudad natal, donde se reincorporó a su equipo de origen.

Fue allí donde fraguó una amistad con Diego Lugano, quien posteriormente sería capitán de la selección uruguaya en la Copa del Mundo de Suráfrica 2010, y quien escribiría el prologó del libro de Baldi «Mi Mundial», lanzado en medio de la euforia futbolera de aquel campeonato y dedicado a «aquellos jugadores que no llegaron a vivir de este maravilloso deporte».

En menos de ocho meses esta historia sobre un exitoso jugador de fútbol con una carrera en ascenso, que se ve obstaculizada por un suceso imprevisto, vendió más de 25.000 ejemplares, una cifra récord para Uruguay.

Actualmente, Baldi es entrenador de una de las divisiones inferiores del club Racing de Montevideo, donde intenta dar a sus jugadores el mismo mensaje que transmite en sus libros.

«Creo que hay que darles las herramientas para que logren vivir del fútbol, pero también para que si forman parte de ese 99 % que no llega a hacer carrera en el fútbol, tengan la posibilidad de no sentirse frustrados ni tristes ni sentir que no sirvieron para nada en la vida», agregó.

El autor vive en Montevideo con su compañera, la cantante uruguaya Martina Gadea, también escritora juvenil, con quien tiene una hija y espera otra más. EFE