David del Cura: «Tratamos de taponar la herida de la sustitución de Alsina»

David del Cura: «Tratamos de taponar la herida de la sustitución de Alsina»

06 marzo, 2016
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Actualizado: 06 marzo, 2016 0:00
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Raquel de Blas

Madrid, 6 mar.- Seis meses lleva al frente de «La Brújula» David del Cura y su objetivo es consolidar el programa que desde hacía una década conducía Carlos Alsina. Admite que toda sustitución es complicada y lo que trata esta temporada es de «taponar la herida de la sustitución y que vaya cicatrizando con una nueva piel».

En una entrevista con Efe, Del Cura explica que sus objetivos de audiencia son de cara a final de curso y pese a los datos de la primera oleada del Estudio General de Medios (EGM) -389.000 oyentes con una caída de 106.000- subraya que pretenden «invertir» esa tendencia y que «con no perder es suficiente».

Para este periodista, que ha regresado a Onda Cero después de haber pasado los últimos tres años como director de Comunicación de la vicepresidenta del Gobierno, «siempre» existe una «saturación» de la información política, y critica la sobredosis de comparecencias públicas de estos últimos meses porque, a su juicio, han generado un «barullo informativo» que no ha llevado a ningún sitio.

PREGUNTA: ¿Qué balance hace de sus primeros meses al frente de un programa mítico de Onda Cero? ¿Está siendo lo que se esperaba?

RESPUESTA: Estos primeros meses como han sido de sorpresa continua y de politización total de la actualidad, «La Brújula» lo que ha hecho ha sido recoger esa onda informativa. ¿Si me lo esperaba? Hay que acostumbrarse a cambiar un poco lo que era el programa, que llevaba una década con Carlos Alsina. Estamos en la fase de consolidación del cambio de «La Brújula» para mantener sus estándares de calidad y referencia. Nuestro objetivo es consolidar el producto, readaptarlo y mantener los estándares.

P: En el último EGM «La Brújula» ha experimentado una bajada de 106.000 oyentes, ¿qué objetivos de audiencia tienen?

R: Los objetivos de audiencia más bien son de toda la programación. Con no perder, con tratar de ir sumando, creo que es suficiente. Invertir la tendencia del primer EGM de ajuste y ya está. Tampoco hay unos objetivos numéricos, hay que ver la perspectiva de todo el curso y ver en qué lugar estamos.

P: ¿Es difícil sustituir a Carlos Alsina?

R: Toda sustitución es complicada y la de Alsina especialmente porque hacía un producto muy bueno. Lo que se trata es de taponar la herida de la sustitución y que luego vaya cicatrizando con una nueva piel. En eso estamos y ¡claro que es difícil! Sobre todo acostumbrar a la gente al cambio porque la radio es un medio donde los cambios no son lo más frecuente, hay caras y programas que permanecen años y años, y la adaptación no es tan rápida como en otros medios. A la gente le cuesta el cambio de rutina y no es una cuestión de hoy para mañana, hacen falta meses. Es mejor verlo en la perspectiva de esta temporada.

P: La actualidad informativa de los últimos meses ha marcado inevitablemente la agenda y ha habido una politización de la información. ¿Es de los que piensan que hay un exceso de información?

R: De información política siempre creo que hay una saturación, sobre todo porque no se llega a ninguna conclusión. Sí entiendo que la información electoral y ahora la de la investidura cobra todo su sentido porque es una realidad palpable, pero hemos asistido a una sobredosis de comparecencias públicas que no han llevado a ninguna cuestión concreta. Ahí sí que ha habido ruido informativo, un barullo que impedía saber qué estaba pasando porque ni los propios protagonistas lo sabían. Los políticos nos han trasladado ese barullo a los medios y nosotros al público.

P: ¿Cómo separa ese ruido de la información?

R: Con el empeño ya no de tratar de separar los ecos de las voces, sino intentando meter en el relato general de la actualidad otros elementos, hacer hueco a la realidad circundante con otros aspectos. Y hacer un programa, en la medida de lo posible, coral y con elementos que cada poco tiempo te cambien.

P: Se ha quedado con la mayoría de los tertulianos y colaboradores que tenía Alsina. Si tuviera que elegir ¿qué tiene que tener un tertuliano para sentarlo en su mesa?

R: En primer lugar, conocimiento de la realidad. Ser personas que estén en la actividad periodística activa y si aportan miradas con un punto de ironía, mucho mejor. Y luego tratar de equilibrar en las tertulias las voces de ese surtido y que sea el oyente el que saque sus propias conclusiones.

P: ¿Cree que su paso como director de comunicación de la vicepresidenta del Gobierno puede influir?

R: Es una realidad laboral que tienen que juzgar los oyentes escuchando el programa. Pienso que conocer lo que ocurre al otro lado siempre es más enriquecedor que no saber lo que pasa. Una vez que lo conoces, el ejercicio de la profesión se mantiene. Yo estaba en Onda Cero, fui a Vicepresidencia, volví a Onda Cero, es un recorrido de ida y vuelta. Ahora mismo la invitación es escuchar el programa y sobre esa escucha crítica cada cuál que saque sus conclusiones. El hecho de estar al otro lado me ha permitido conocer lo que se cuece allí y ahora enriquecer el relato.

P: Parece que la radio es el medio que mejor ha aguantado la crisis del sector ¿Cuál es su estado de salud?

R: La radio como medio de comunicación goza de estupenda salud y, sobre todo, se mantiene como un medio que siempre está ahí, la radio no te abandona, tiene la posibilidad de que te permite hacer otra cosa a la vez y muchas veces forma parte de la rutina de la vida. La gente se despierta con la radio, la gente vuelve del trabajo en el coche y pone la radio, la gente cuando cocina puede poner la radio… Como forma parte de esas rutinas creo que goza de buena salud. Supongo que la misma mala salud de hierro que siempre.

P: ¿Queda algo por inventar en la radio?

R: Creo que se hace más radio que nunca y que casi todo está inventado. EFE

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