De Guindos y su dilema con el español

De Guindos y su dilema con el español

22 marzo, 2017
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Actualizado: 22 marzo, 2017 10:56
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Luis de Guindos tiene un serio debate con la lengua española. Exige a las empresas que se comuniquen en inglés con la CNMV para atraer empresas de Reino Unido, al tiempo que evita que España entre en la patente única europea por no considerar el español como lengua oficial.
El ministro de Economía y Competetividad ha rechazado que España entre en la patente única europea porque el español no está reconocida como lengua oficial, por lo que las empresas tendrían que entregar una copia traducida del español al inglés, francés o alemán para poder registrarla.
Este argumento es justo el contrario al que ha exigido a las empresas españolas para mandar sus comunicaciones a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Las cotizadas tendrían que enviar sus notas al regulador también en inglés, pese a que en España no es ni mucho menos lengua oficial, creando así malestar en las empresas.
Según De Guindos, la patente europea única discrimina a las empresas y plantea inseguridad jurídica, al tiempo que ha afirmado en el Congreso que «hace falta un marco europeo de propiedad industrial que simplifique y reduzca los costes de obtener una patente». No obstante, el ministro de Economía sí exige a las cotizadas españolas que gasten dinero y tiempo en traducir sus comunicaciones al inglés para hacer más atractivo la instalación de empresas de Reino Unido.
El ministro ha recordado que el proyecto europeo de crear una patente comunitaria única en 2010 preveía que las solicitudes se pudieran presentar en cualquier idioma junto a una traducción en inglés, francés o alemán, una propuesta que fue rechazada por España e Italia «por el tema de la lengua».  Ante este retraso, Bruselas autorizó a veinticinco países miembros a establecer una cooperación reforzada para la patente unitaria, que actualmente está pendiente de ratificación.
«España siempre ha apoyado la creación de un título comunitario de patentes», ha defendido De Guindos, pero «no podemos unirnos a este sistema». El ministro ha explicado que al excluirse el español como lengua oficial «las empresas tendrían que traducir a una de las lenguas oficiales las solicitudes de patentes que realicen y además respetar patentes no traducidas al español«.
Este sistema «generaría una gran inseguridad jurídica», ya que las demandas sobre la validez de la patente de otro Estado miembro «solo podrán plantearse en la lengua de la solicitud» y los casos contra empresas españolas se desarrollarán en la lengua que elija el demandante.
Para el ministro, esto supone «una discriminación de nuestras empresas, especialmente las más pequeñas», lo que puede «conllevar una merma de la capacidad de innovación«.
«En cualquier caso», ha añadido, «las empresas españolas podrán hacer uso de este sistema cuando esté en vigor, lo mismo que las compañías de otros países». Por su parte, la diputada socialista Patricia Blanquer ha instado al Gobierno a adherirse al sistema único de patentes, que puede suponer un «ahorro de 20.000 euros para quien pretende patentar en veintiséis países simultáneamente».
«No consientan que las empresas innovadoras españolas pierdan competitividad por quedar fuera del sistema», ha subrayado.

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