El plan de contingencia de la Universidad de Valladolid ha supuesto 600.000 euros

El plan de contingencia de la Universidad de Valladolid ha supuesto 600.000 euros

El rector considera "inaplazable" la transferencia de fondos del Gobierno
04 septiembre, 2020
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Actualizado: 04 septiembre, 2020 12:50
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El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo Cabrerizo, aseguró hoy que la institución académica que dirige ha trabajado “intensamente” para comenzar “con el mayor grado de presencialidad posible” el curso académico 2020/2021, que arrancará el próximo 28 de septiembre y que definió como “el más extraño” y “el más exigente en décadas”. “La situación es compleja, complicada y difícil como nunca en la etapa reciente de la UVa , pero la afrontamos con decisión, como corresponde a una institución pública, y con una gran ilusión que queremos transmitir a los nuevos alumnos”, explicó.

Largo Cabrerizo explicó que la institución ha trabajado los últimos meses para definir un Mapa de Espacios Docentes Seguros que “es único en España”, y que les ha permitido “identificar cuáles deben ser los flujos de entrada o salida en los centros, analizar los grupos de alumnos que caben en las aulas y optimizar los recursos disponibles”. Así, dependiendo de la capacidad de las 400 aulas con que cuenta la Universidad para los distintos títulos, se ha decidido programar la docencia en algunos casos totalmente presencial y en otros bimodal, “dando flexibilidad a los centros para que adapten su docencia de la manera que consideren más ventajosa para las titulaciones que se imparten en su centro”.

“Utilizaremos espacios y franjas horarias no habituales. Por ejemplo, los alumnos de Medicina o Química, los grupos más numerosos empezarán con la enseñanza bimodal, o en Filosofía y Letras el 40 por ciento de las clases serán totalmente presenciales. En el caso de los estudiantes de Óptica y Optometría se impartirán las clases en el Edificio Rector Tejerina,y las clases de Química serán mayoritariamente en el aulario entre Económicas e Industriales”, explicó el recto, que adelantó que los aularios, salas de estudio y cafetería abrirán sus puertas en función de cómo evolucionen las directrices de las autoridades sanitarias para esos espacios.

Además, señaló que se han definido “planes de contingencia” que se activarían si hubiera necesidad en un centro de cerrar las instalaciones para poder seguir la docencia de manera totalmente online. Eso ha exigido una “importante inversión” que cifró en alrededor de 600.000 euros en recursos tecnológicos como cámaras, micrófonos o altavoces, para ponerlos a disposición de los centros para que los docentes puedan dar clase virtual, además de potenciar la capacitación digital de los propios profesores con cursos de formación.

“Todo lo hemos hecho con recursos propios, pero es inaplazable que los 400 millones de euros que el Gobierno central anunció a mediados de junio que destinaría a la educación superior, entre FP y universidades, se traslade a las universidades públicas cuanto antes para ponerlos al servicio de nuestros estudiantes. Nos tienen que concretar cómo y cuando dispondremos de esta inyección, porque la necesitamos perentoriamente para poder afrontar el próximo curso, que se prevé largo y complejo. Necesitamos esta ayuda porque nuestros presupuestos ya no dan mucho más de sí”, requirió.

En declaraciones recogidas por Ical, el rector hizo un llamamiento a la “responsabilidad” de toda la comunidad universitaria, profesores y alumnos, a quienes pidió que respeten las medidas que las autoridades sanitarias y la normativa indiquen de higiene y protección. Así, apuntó que quienes presenten síntomas compatibles con el COVID.19 ni pueden acudir “en ningún caso” a las instalaciones académicas, y pidió que se respeten las cuarentenas pautadas por los servicios sanitarios, antes de recalcar que “no puede haber comportamientos irresponsables como botellones o novatadas”.

“Llegamos al inicio del curso con confianza, porque hemos hecho todo el esfuerzo por nuestra parte para estar en las mejores condiciones. Nos hemos preparado concienzudamente en el ámbito de la seguridad e higiene, y en el ámbito académico”, afirmó. En ese sentido, destacó que la UVa cuenta en su comité de expertos con profesionales “de primer nivel” como Ignacio Rosell, José María Eiros, Antonio Orduña, Ana Almaraz, Daniel de Luis, José Fidel Fernández o María José Castro.

Esa apuesta por el “rigor” ha permitido según apuntó, que este año la Universidad de Valladolid cuente de momento con 4.288 estudiantes de nuevo ingreso, “prácticamente los mismos que el curso pasado” alcanzaron entre los dos periodos de matriculación, unas cifras que les permiten “ser optimistas”.

Además, quiso aprovechar su intervención para “dar confianza” a los estudiantes de la institución que participan en los programas de movilidad internacional, tanto a los 586 que la UVa enviará este curso al extranjero como a lo 486 que llegarán a sus instalaciones procedentes de otros países, principalmente en el segundo cuatrimestre. “Nos dotaremos de la flexibilidad necesaria para brindarles soluciones a su desarrollo durante el curso, y haremos un seguimiento de todos ellos para encontrar una solución ante cualquier circunstancia que puedan encontrarse, para que puedan formarse con tranquilidad en el destino que hayan elegido”, sentenció.

Cuestionado sobre si toda una generación de universitarios va a resentirse en su formación ante la situación actual, Largo Cabrerizo aseguró que trabajarán “para que eso no suceda, para que ningún estudiante se quede atrás en su situación académica, y para que la calidad de su formación sea la mayor posible, permitiéndoles adquirir todas las competencias que exija la titulación que haya elegido para acceder al mercado laboral”.

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