Abengoa se centrará en la  ingeniería y la construcción

Abengoa se centrará en la ingeniería y la construcción

26 enero, 2016
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Actualizado: 26 enero, 2016 0:00
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El consejo de administración de Abengoa ha abordado este lunes, durante más de seis horas, un plan de viabilidad que dibuja una compañía más pequeña, centrada en las actividades de ingeniería y construcción, y ha acordado iniciar las negociaciones con los acreedores para la reestructuración de la deuda.

Con estas medidas, la compañía pretende lograr un negocio «viable y rentable» a largo plazo, como establece el propio plan, elaborado por Alvarez&Marsal, para evitar el concurso de acreedores, que sería el mayor de la historia de España.

El plan esboza una compañía más pequeña, centrada en las actividades de ingeniería y construcción con tecnología propia o de terceros, obviando las áreas de infraestructuras de tipo concesional y bioenergía. Los ingresos rondarán los dos tercios de los registrados en 2014. También establece una serie de desinversiones en activos no estratégicos, entre los que figuran los biocombustibles de primera generación -aquellos que proceden de cultivos alimentarios-. Diversas fuentes habían señalado que también se venderán terrenos e inmuebles.

De esta manera, el plan, que tendrá que ser consensuado con los acreedores, marca los pasos para rentabilizar el negocio de Abengoa como necesidad previa a la renegociación de la deuda.

Precisamente, el consejo de también ha acordado iniciar las negociaciones con los acreedores para la reestructuración de la deuda -que ronda los 9.000 millones de euros- y para abordar los «recursos necesarios» al objeto de lograr que la compañía sea competitiva. Una negociación que se vislumbra larga y compleja con la deuda como verdadero eje que permita salvar del concurso a la empresa saneando su maltrecha estructura financiera. En la nueva Abengoa la deuda debería rondar los 3.000 millones de euros frente a los 9.000 millones que la asfixiaron y abocaron a la solicitud de preconcurso.

Y sobre la mesa se dibujan, junto a las puntuales desinversiones, varias vías para reducir esos 6.000 millones de deuda: quitas, capitalización de la deuda, préstamos participativos a largo plazo o una combinación de varias que, al final, terminará previsiblemente dando el control de la compañía a bancos y fondos.

El acuerdo con los acreedores tendrá que alcanzarse antes del próximo 25 de marzo para evitar el concurso, lo que «implicaría una destrucción de valor para acreedores y accionistas muy superior a la de cualquier escenario de continuidad, todo ello sin evaluar el enorme coste social que tal situación implicaría», según el propio grupo. En paralelo, también gana peso la solución al problema de la liquidez, que se alivió parcialmente en diciembre con un crédito de la banca y que ahora parece que va a pasar por préstamos de los bonistas, que solicitan un interés mucho mayor.

El consejo de administración de Abengoa está formado por 13 miembros más el secretario. De estos 13 miembros, cinco tienen categoría de dominicales, es decir se sientan en representación de los principales accionistas. Cuatro de ellos, en nombre de Inversión Corporativa y otro, en el de First Reserve. Junto a estos, hay seis como independientes externos, entre ellos José Borrell.

A la espera del acuerdo, las acciones de Abengoa se han disparado este lunes un 35%.

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