Alcoa exige una cláusula de responsabilidad para vender la planta de aluminio de Lugo

Alcoa exige una cláusula de responsabilidad para vender la planta de aluminio de Lugo

El grupo siderúrgico ha enviado una carta a los trabajadores de la única fábrica de aluminio primario que queda en España y en la que la dirección hace constar que bajo ningún concepto pueden aceptar "que se mantenga la posibilidad de reclamar a la compañía en un futuro"
08 abril, 2021
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Actualizado: 08 abril, 2021 23:49
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La multinacional Alcoa exige un blindaje para vender a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) su planta del complejo industrial de San Cibrao, en Cervo (Lugo), y librarse de responsabilidades, reclamaciones o procesos judiciales ulteriores.

El grupo siderúrgico ha enviado una carta a los trabajadores de la única fábrica de aluminio primario que queda en España y en la que la dirección hace constar que bajo ningún concepto pueden aceptar «que se mantenga la posibilidad de reclamar a la compañía en un futuro».

Es ahí donde Alcoa impone como condición irrefutable una cláusula de responsabilidad «completamente habitual en este tipo de operaciones», suscriben.

Se trata, añade la multinacional, de acordar las limitaciones de responsabilidades del vendedor. «Esto es lo que pretende abordar la cláusula de la responsabilidad, y es aún más relevante sabiendo que la Sepi prevé posteriormente vender esta planta a un tercero».

En esta ocasión, la mencionada cláusula es más detallada que la presentada en la anterior tentativa de comercialización cuando el año pasado Liberty y la Sepi trataron de hacerse, sin éxito, con la factoría gallega.

De hecho, Alcoa recuerda en esta misiva a la plantilla que la cláusula que Alcoa propuso el 4 de febrero de este 2021, y por la cual el proceso está atascado y sin avances, «es similar a la que se compartió con la Sepi en las negociaciones de 2020 y que no rechazó entonces».

«Estamos convencidos de la legalidad de estas condiciones de acuerdo a la regulación española y de la UE», aducen los directivos.

Alcoa ahonda en la carta en que su voluntad es la de vender «de una manera responsable para todas las partes» y por ello esta firma está dispuesta a una transacción «por un euro» y a aportar «una suma muy significativa de efectivo».

Ambas cuestiones «a cambio de requerir garantías por parte de la Sepi de que la venta será definitiva una vez se complete».

Se trataría de una transacción en la que «el vendedor es quien paga y el comprador no se compromete a aportar ninguna cantidad por la compra de la planta».

Así las cosas, sigue el texto, «la contribución económica aportada por Alcoa compensaría las responsabilidades y obligaciones generadas por la planta de aluminio hasta su venta, que razonablemente se prevean».

La Sepi, por su parte, «tendrá la oportunidad de evaluar esas responsabilidades a través del proceso de diligencia debida», si bien «como nuevo comprador asumiría la gestión y responsabilidades generadas a partir del momento en que se complete la venta».

En suma, en virtud de esa cláusula de indemnidad, todo recaería sobre el comprador, el Estado, en cuanto la multinacional americana se desprenda definitivamente del activo.

Alcoa remarca en la carta su compromiso para con el diálogo y la actitud de «buena fe», aunque con este inamovible requisito.

Recuerda además la compañía su deseo de firmar el 30 de abril «a más tardar» y hace hincapié Alcoa en que si la Sepi requiere que un tercero negocie en su nombre con Alcoa, «ya les hemos transmitido que estamos abiertos a esa alternativa».

«Una vez se complete el acuerdo, Sepi decidirá cualquier acción posterior relativa», comunican igualmente.

El complejo industrial de San Cibrao está compuesto por una fábrica de aluminio y una planta de alúmina, la cual no está en venta, que emplean a 633 y 510 personas, respectivamente.

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