Álvarez-Pallete: el veto de Bruselas a la venta de O2 perjudica al sector

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha afirmado hoy que un veto de Bruselas a la venta de O2, la filial británica de la operadora, al grupo hongkonés Hutchison «no sería una buena noticia para el sector».

«No descartamos que se pueda bloquear», ha dicho Álvarez-Pallete en unas declaraciones a los periodistas antes de participar en unas jornadas organizadas por UGT.

A su juicio, ese eventual bloqueo implica un mensaje a un sector de telecomunicaciones en Europa «que probablemente necesita un mayor tamaño para que pueda asumir un despliegue de infraestructuras como el que estamos haciendo desde un punto de vista óptimo».

«Europa tiene que acelerar, porque Europa se estaba quedando atrás en despliegue de fibra. Si se llegara a bloquear no sería una buena noticia para el sector», ha asegurado.

No obstante, ha precisado que «todavía» no tienen «una contestación formal», pero que la esperan «inminentemente». La Comisión Europea tiene de plazo hasta el próximo 19 de mayo para pronunciarse sobre la venta, valorada en 10.250 millones de libras (unos 13.000 millones de euros).

En su opinión, los remedios planteados por Hutchison a las advertencias lanzadas por la Comisión son suficientes «y desde luego van mas allá» de los que planteó Telefónica en Alemania, con una situación «bastante parecida».

En cualquier caso, ha destacado que Telefónica espera «cualquier resultado con tranquilidad«, ya que ha asegurado que están «preparados desde hace tiempo para cualquier eventualidad».

Entre las alternativas a un eventual veto de Bruselas, ha citado la salida a Bolsa de la nueva división de infraestructuras, Telxius, que ha dicho que será «lo antes posible«, y pagar en acciones el segundo tramo del dividendo previsto para este año.

Asimismo, ha destacado que la compañía ha puesto en marcha «medidas de eficiencia internas» que les llevan «a estar tranquilos», por lo que ha confiado en que con esta senda de desapalancamiento se pueda tranquilizar tanto a inversores como a las agencias de calificación de riesgo.