Bajar la velocidad a 70 km/h, ineficaz contra la contaminación

Barcelona y Madrid son dos ciudades que obligan a los conductores a levantar el pie del acelerador cuando se producen episodios de contaminación. La medida, a priori, debería reducir las emisiones de gases contaminantes, pero en la práctica es totalmente ineficiente porque los vehículos consumen prácticamente lo mismo entre 60 y 90 km/h.

Así lo han asegurado fuentes expertas del sector a Efe. La reducción de la velocidad a 70 km/h en los recorridos urbanos, como ha ocurrido recientemente en Madrid, es ineficaz para bajar las emisiones contaminantes de óxidos de nitrógeno (NOx) y las de CO2.

Los técnicos aseguran que los datos de consumo y emisiones a distintas velocidades revelan que los turismos, estén equipados con motores diésel o propulsores de gasolina, consumen prácticamente igual entre 60 km/h y 90 km/h.

Los vehículos, según los datos facilitados a Efe, alcanzan su máximo consumo y, por tanto, de emisiones de CO2 y del resto de gases contaminantes, especialmente los conocidos como NOx (óxidos de nitrógeno), catalogados en 2012 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como agente cancerígeno, primero a velocidades cortas y luego por encima de los 90 km/h.

Entre 60 y 90 km/h la curva consumo-velocidad es muy plana, sin apenas diferencias en los registros de consumo, que van a variar según la utilización más o menos adecuada que se realice del cambio de marchas.

La curva de consumo según la velocidad realizada por el JRC (Joint Research Centre), Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, ratifica este comportamiento de los motores de combustión interna. En esta curva, las variaciones de consumo en los motores diésel, los mayoritarios en el parque automovilístico español y los mayores emisores de NOx, son más estrechas que las mostradas por los motores de gasolina.

No obstante, la emisión nominal de NOx por litro de combustible puede variar en función de las medidas anticontaminantes aplicadas en cada automóvil, ya que en los más modernos, especialmente los de la norma Euro6, instalan en la línea de escape «trampas para NOx» que prácticamente reducen a la nada las emisiones más nocivas, caso de los óxidos de nitrógeno, las partículas y los hidrocarbuos no quemados en las combustión.

La combustión por cada litro de carburante en vehículos de gasolina genera 0,06 gramos de NOx por kilómetro y los diesel 0,08 gramos, antes de ser sometida esta emisión a tratamiento en la línea de escape.

Los expertos consultados por Efe han recordado que hoy los vehículos nuevos, además, incorporan mayoritariamente la tecnología GSI Gear Shift Indicator, que indica al conductor la marcha óptima para reducir el consumo y, por lo tanto, las emisiones de toda naturaleza.

También recuerdan las fuentes que, además de la ineficaz reducción de la velocidad a 70 km/h, está el hecho de actuar sobre una única fuente emisora, la del automóvil, que sólo es productora de una pequeña parte de la contaminación urbana, ya que el tráfico rodado contribuye únicamente con alrededor de un 25 % del total de las emisiones, sumados los vehículos industriales.

En consecuencia, imponer medidas restrictivas únicamente a una parte reducida de los emisores de gases no resuelve la lucha contra las altas concentraciones de emisiones nocivas.

Las fuentes consultadas, conocedoras del contenido de las conversaciones del sector con la Corporación de Madrid para instaurar medidas más racionales y efectivas, se han referido, por otra parte, a los baremos que utiliza el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid, cuyos límites, en oposición a las recomendaciones de la Unión Europea y de Naciones Unidas, han sido rebajados a la mitad.

Así, cuando la recomendación de la UE y la ONU es de una concentración de NOx de 400 miligramos por metro cúbico para iniciar el proceso de alertas y medidas para la reducción de la polución, el Ayuntamiento madrileño empieza a activar los protocolos con 200 miligramos, aseguran estas fuentes.