Castigo bursátil a Thomas Cook por no apostar por el turismo en España

Castigo bursátil a Thomas Cook por no apostar por el turismo en España

13 febrero, 2017
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Actualizado: 13 febrero, 2017 11:50
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Thomas Cook anunció la pasada semana que disminuirá su envío de turistas a España para apostar por Portugal, Grecia y países de Europa del Este. Desde este anuncio se desploma un 8% en Bolsa, perdiendo unos 136 millones de euros en tan solo cuatro jornadas.
La operadora turística ha afirmado que existe un fuerte impulso de la demanda hacia Grecia, mientras que España se queda estancada, pese a generar el doble de ingresos que Grecia, unos 36 millones de euros frente a 17.
De cara al verano, Thomas Cook ha incrementado la demanda de turistas en un 40%, donde ha ampliado su capacidad, como también en pequeños destinos como Bulgaria, Chipre, Croacia o Portugal. Mientras en España, afirma que se ha estancado, pese a que no ha bajado la llegada de turistas británicos para Baleares.
En Baleares se ha aprobado la ecotasa turística, el precio que tienen que pagar los turistas por noche de hotel, como ya se estaba pagando en Cataluña -2 euros por alojamiento-. Con este anuncio, los inversores han desatado las ventas de acciones de Thomas Cook, que pierde en Bolsa un 8%, hasta los 86,11 libras, frente a las casi 94 registradas hace solo cuatro jornadas.
Thomas Cook y otros touroperadores están en el punto de mira de numerosos hoteles en España debido al fraude que cometen los turistas y que genera cuantiosas pérdidas a los hoteleros españoles. La treta consiste en disfrutar de una estancia hotelera por la cara, sin pagar absolutamente nada, y dejar al hotel con una importante indemnización al touroperador. El principal responsable es una “claim farm”, un tipo de empresa especializada en las reclamaciones con un marketing muy agresivo para fomentar la queja “aprovechándose de las debilidades del sistema británico de reclamación”.
Estos buitres se dedican a pasear por zonas comunitarias del hotel, como la piscina o el restaurante, ataviados con ropa de turista. Se acercan a inquilinos británicos y les aconsejan reclamar por una supuesta indisposición para obtener a cambio todo el dinero dejado en las vacaciones. Los principales beneficiarios son estos buitres que se dedican a convencer a los turistas británicos, y es que una reclamación de 600 libras se convierte en un gasto de 6.000 libras para el hotel debido al pago de las minutas y costes legales asociados a la reclamación.

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