Colau favorece el mercado negro de licencias hoteleras, como ocurrió con el taxi

El plan de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, para luchar contra la masificación del turismo, ha favorecido la disparada subida de precios en la ciudad.

Al limitarse la oferta, mediante la polémica moratoria, se han creado efectos perversos contra los consumidores debido a la «creación artificial de rentas monopolísticas» y «disminución de las presiones competitivas», cuya consecuencia directa se traduce en subidas de precios en los hoteles, favoreciendo a los ya existentes.

Así lo ha asegurado recientemente la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) de la Generalitat, que ha criticado con dureza el nuevo Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) de Barcelona, al que tilda de «restrictivo» en algunos aspectos y que, a su juicio, «reducirá» la calidad de los servicios hoteleros, pese a incrementarse los precios.

Con el plan de Colau se introducirá una serie de barreras «insalvables» en determinados barrios para que nuevos actores se sumen al sector, lo que beneficiará a los operadores ya implantados y provocará un aumento de los precios. «El establecimiento de este tipo de barreras lleva asociado diversos efectos; el primero
de estos es la disminución de las presiones competitivas a las que se ven sometidos los operadores ya presentes en el mercado y, por lo tanto, una clara debilitación del nivel de competencia en este. Consecuencia clara y directa de esta limitación de la oferta es el aumento de los precios practicados por los operadores presentes en el mercado, efecto que ya se habría verificado en relación a los establecimientos hoteleros durante la vigencia de la moratoria decretada por el Ayuntamiento de
Barcelona en julio de 2015», señala el organismo público. «No se puede obviar -ahonda- la posibilidad de creación artificial de rentas monopolistas, tal como ha sucedido en otros sectores donde la oferta se encuentra limitada». Así «es probable» que se produzca «una revalorización del precio de las licencias para la implantación de establecimientos de alojamiento turístico que endurecerá, todavía más, la barrera de entrada impuesta normativamente y que, a buen seguro, se acabará trasladando al consumidor vía precios».

Tampoco puede descartarse «la aparición, durante los próximos tiempos, de una parte significativa de demanda insatisfecha por la oferta de alojamiento turístico
tradicional, pues nos encontramos en un contexto en el cual la demanda sigue aumentando». Parte de esta demanda insatisfecha muy probablemente se acabará
trasladando hacia alternativas de alojamiento, legales o no, que no se consideran deseables socialmente, ni por parte del Ayuntamiento de Barcelona ni por parte de
cierto sector de la población local.

Colau favorece el mercado negro de licencias hoteleras

El organismo sostiene que se acabará creando un «mercado secundario de licencias, tal como ha sucedido en otros sectores como el del taxi», y prevé que el exceso de demanda hotelera «se acabe trasladando hacia otras alternativas de alojamiento, legales o no».

Respecto a los pisos turísticos, que la ACCO considera que sufren una «regulación especialmente restrictiva», la Autoridad Catalana de la Competencia ve que «la relación que se alega entre esa actividad y el aumento de los precios de alquiler en Barcelona no es exclusiva», aunque sí le reconoce «cierta incidencia».

Por ello, pide estudiar alternativas «menos distorsionadoras» como, por ejemplo, una regulación dinámica en el ámbito del alojamiento turístico o el establecimiento de una tasa que se invierta en políticas públicas en materia de vivienda.

El plan de Colau «comporta el establecimiento de una serie de barreras a la entrada para potenciales nuevos entrantes en el mercado barcelonés de establecimientos de alojamiento turístico, las cuales se configuran como insalvables en algunos barrios. En los barrios o zonas donde esta implantación es posible, la misma está sometida a importantes condicionantes que la dificultan enormemente.