¿De qué va a vivir Álvarez (UGT) si echa a las empresas que piden menos impuestos?

 El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha denunciado este viernes «la presión» que ejercen algunas empresas para «intentar que España baje la fiscalidad» y ha invitado a las que no se encuentren cómodas con la situación actual a «irse o no venir». Y la pregunta es de qué va a vivir el sindicado socialista si las empresas se marchan o no vienen a España por su alta presión fiscal. Desde luego, UGT tendría dificultades de mantener sus millonarias subvenciones públicas, porque si solo quedan las empresas públicas estas son altamente deficitarias, como Adif, Renfe o Correos, donde los único que sube es el sueldo de su presidente.

El líder sindical ha reaccionado así a las declaraciones realizadas ayer por el consejero delegado de Merlin Properties, Ismael Clemente, que instó a que «alguien» se plantee no sólo «pillar los votos», sino sujetar a los «tres millones de tíos» que «realmente pagan todo el sistema».

En declaraciones a los periodistas antes de participar en un acto de UGT en Barcelona, Álvarez ha replicado a Clemente que «España es uno de los países fiscalmente más bajos de la UE».

«Es muy libre de irse o de no venir», ha subrayado, para denunciar a continuación «la presión que están ejerciendo las empresas para intentar que en España la fiscalidad baje y que los servicios antifraude no funcionen eficazmente».

El secretario general de UGT se ha referido también a la inflación y ha culpado a las empresas y a su política de proteger sobre todo los beneficios de la situación actual de los precios en España.

En esta línea, ha apuntado que «las empresas y sus beneficios son responsables de la situación del IPC» porque «hay un abuso en relación a los precios que va directamente a los beneficios y es lo que hace que la inflación se dispare».

Álvarez ha participado hoy en el acto de celebración del 30 aniversario del IDFO, el Instituto para el Desarrollo de la Formación y el Empleo, una fundación privada promovido por la UGT en Cataluña, mientras en Andalucía o Asturias aún debe dar cuenta del fraude millonario en los curos de formación a parados con dinero público que sus dirigentes sindicalistas gastaban en mariscadas, fiestas -incluida Caseta en la Feria de Sevilla- y reglados para familiares y amigos.