La dictatorial receta de Endesa para hacer negocios

La dictatorial receta de Endesa para hacer negocios

04 junio, 2016
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Actualizado: 04 junio, 2016 0:00
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«Inspirar el miedo», «localizar y golpear los puntos estratégicos de una compañía» para generar desgaste en la competencia y «castigar a los opositores» a sus normas. Esta es la base estratégica que lleva a cabo el consejero delegado de Enel y vicepresidente de Endesa, Francesco Starace. Enel posee el 90% de Endesa y la ha saqueado.

Sus declaraciones, tildadas de «fascistas» y «dictatoriales» en Chile, donde Enersis es la filial de Enel, se produjeron en la Universidad privada de Roma Luiss Business School. El público: estudiantes de economía y administración de empresas, que aprenden así una lección inmoral que iría en contra de cualquier código de buenas prácticas empresariales.

Starace obtuvo el cargo de CEO hace apenas dos años y a partir de entonces la estrategia que ha seguido para crecer se ha basado en «inspirar el miedo» y golpear a la competencia hasta dejarla KO. Aquellos que se resisten a esta embestida reciben su castigo. Estas más que dudodas maniobras se realizan «rápidamente, con decisión y sin descanso«, por lo que la empresa amedrentada no tiene más remedio que someterse a los planes.

El escándalo por estas declaraciones del máximo ejecutivo de una empresa controlada por el Estado ha tenido al mismo tiempo una sonora reacción. «Fascistas», «dictadores» son algunos de los calificativos que se ha llevado el dirigente de Endesa. La encendida polémica ha llegado a los más alto de la cúpula del Gobierno italiano, dirigido por Mateo Renzi, a quien se le exige ahora las explicaciones pertinentes y se le ha cuestionado si mantendrá a este empresario al frente de una empresa pública. Diputados del Parlamento trasalpino no se han mordido la lengua: «Es una vergüenza para el Gobierno».

En Chile, con Enersis en el punto de mira, se han levantado protestas contra Starace, más después de que Enel decidiera autovenderse los activos en Latinoamérica de Endesa y obligar a la española a repartir en dividendo las plusvalías, de las que Enel disfrutaría el 90%. De esta forma, Endesa solo tiene ya negocio en la Península Ibérica.

Asimismo, la polémica en Chile se ha reactivado por los accionistas minoritarios de Enersis, que se han opuesto al plan de reestructuración de la energética italiana. Ahora ya saben lo que les toca: «Castigo a los opositores».

Enel, por su parte, ha defendido a Starace y ha asegurado que el directivo es moderado y conciliador. No obstante, el saqueo a Endesa pone en evidencia este talante.

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