El auditor de PwC detalla al juez García Castellón el bloqueo ruso en Zed
El que fuera auditor de PwC en Rusia Edwin Harland ha explicado este jueves durante cerca de cuatro horas y media el contenido del informe «forensic», en el que alertó de que los accionistas rusos del grupo Zed podrían estar bloqueando la actividad de la tecnológica.
Según han informado a Efe fuentes jurídicas, el «complejo» interrogatorio ha ido en la línea de las sospechas contenidas en el informe de los investigadores que propició la imputación del magnate de origen ucraniano y máximo accionista de la cadena de supermercados DIA, Mijaíl Fridman, en la causa sobre las supuestas irregularidades en la caída de la compañía española.
Ya en la querella inicial que se saldó con la detención, entre otros, del fundador de Zed, Javier Pérez Dolset, por presunto fraude de subvenciones, la Fiscalía Anticorrupción se hacía eco de una «auditoría forense realizada por PwC» con información sobre el presunto bloqueo de la actividad empresarial de la tecnológica por parte de los accionistas rusos a partir de febrero de 2013.
Harland ha comparecido como testigo desde Londres, hasta donde se han trasladado tanto el juez instructor del caso, Manuel García Castellón, como el fiscal José Grinda, mientras que los abogados de las partes han podido seguir la intervención por videoconferencia desde España.
La testifical se produce después de que el pasado diciembre, el magistrado suspendiera la declaración del auditor, que aseguró que no había podido revisar el contenido de sus trabajos al haber dejado de tener acceso a ellos tras abandonar su puesto en Moscú.
Dichos informes señalan a los accionistas rusos de Zed, y en ellos se sustenta parte de la acusación contra Fridman.
Según el fiscal, el empresario, a través de «subordinados», habría propiciado la asfixia de la compañía para después adquirirla a un «precio irrisorio», planificando una estrategia ilegal de interrupción de pagos que desencadenó una falta total de liquidez en la compañía española que la abocó al colapso.
Extremos que rechazó el propio Fridman -imputado en verano de 2019 en la causa por supuestos delitos contra el mercado, administración desleal, insolvencia punible y corrupción en los negocios- durante su declaración ante el juez García Castellón.
El pasado octubre, el magnate negó en sede judicial cualquier implicación con la quiebra del grupo, principalmente porque estaba participado por una de las empresas en las que sí tenía presencia pero no capacidad de decisión.
Los vínculos de Zed con Fridman se remontan a hace más de una década, aunque se intensificarían más tarde, en 2013, cuando la familia fundadora, los Pérez Dolset, quisieron sacarla a bolsa en el índice tecnológico Nasdaq de Wall Street.
Para ello, prosigue el escrito de la Fiscalía, pidieron una línea de crédito de 140 millones de euros a varias entidades financieras, una de las cuales fue Amsterdam Trade Bank, filial de Alfa Bank -controlado por el ruso-.
Sin embargo, el empresario alegó que no tenía capacidad decisoria en la entidad holandesa, a la que se refirió como un banco independiente en el que su participación es minorista.