El petróleo cae más del 70% en 2020; la gasolina, el 16%, y el gasóleo, el 18% ¿Por qué se producen estas grandes diferencias?

El petróleo cae más del 70% en 2020; la gasolina, el 16%, y el gasóleo, el 18% ¿Por qué se producen estas grandes diferencias?

Las petroleras dicen que el precio de los carburantes no solo dependen del crudo y además está la estructura de impuestos en España que favorece más la subida de precios, efecto cohete, que las bajadas, efecto pluma
23 abril, 2020
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Actualizado: 23 abril, 2020 19:03
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Los transportistas se han quejado al Gobierno y no es para menos. El barril de petróleo ha bajado el 72% entre el cierre de 2020 a 67,77 dólares y su precio medio de abril, a 19,72, sufriendo la mayor parte de la caída al declarase la pandemia del coronavirus a nivel mundial. Las petroleras dicen que el precio de los carburantes no solo dependen del crudo y además está la estructura de impuestos en España que favorece más la subida de precios, efecto cohete, que las bajadas, efecto pluma.

Los precios de los carburantes han vuelto a caer y encadenan ya siete descensos consecutivos, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE) dados a conocer este jueves, con lo que se sitúan a niveles de 2016, cuando el precio del petróleo ha caído a niveles de 1998 en este mes.

El precio promedio de la gasolina se ha situado en la última semana en 1,108 euros el litro y el del gasóleo de automoción en 1,022 euros, lo que supone un descenso del 1,25 % y del 1,45 %, respectivamente respecto a la última semana en la que se difundieron datos, la del 6 abril, ya que en la posterior no hubo, como es habitual tras la Semana Santa.

Desde que comenzó 2020, la gasolina se ha abaratado un 16,06 % y el gasóleo un 18,04 %. El petróleo en ese periodo ha pasado de costar casi 68 dolares el barril a menos de 20, lo que supone una caída de más del 70%.

Los transportistas critican esta situación, mientras la petroleras se defienden

Según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), los precios de los carburantes no tienen una relación directa con la cotización del barril de petróleo, sino que dependen de los de la gasolina y el gasóleo en los mercados al por mayor, todos ellos en dólares,

En el caso de España, los mercados de referencia son el del Mediterráneo y el del Norte de Europa, unos mercados que, aparte de la cotización del crudo, están influidos por la oferta y demanda de estos productos y el tipo de cambio euro/dólar.

Sin embargo, esa diferencia entre el desplome del petróleo y sólo un recorte en los precios de los carburantes en 2020 del 16% para la gasolina y del 18% para el gasóleo es una diferencia demasiado grande para explicar ese desfase.

Y así lo denuncian los transportistas.  La Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España (Fenadismer) ha denunciado esta semana que persiste el sobreprecio de los carburantes en España a pesar de que el petróleo se sigue abaratando en el mercado internacional.

La patronal ha señalado, en un comunicado, que uno de los beneficiados de un precio artificialmente alto del carburante, además de las petroleras, es el Gobierno, que obtiene una mayor recaudación del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), al ser un porcentaje sobre el precio final del producto.

Fenadismer ha recordado que, entre los efectos que está ocasionando la reducción de la movilidad de la población y de la actividad económica, como consecuencia de la crisis mundial del covid-19, se encuentra la deflación de los precios de muchos bienes de consumo, incluido, de forma destacada, el petróleo.

Sin embargo, su espectacular bajada a nivel internacional, sigue sin tener apenas reflejo en España, «con el agravante de que los precios finales se encuentran perfectamente alineados por parte de las principales compañías petrolíferas» que operan en el país, en concreto, en torno a 1,12 euros por litro, tanto para la gasolina como para el gasóleo de automoción.

Para la patronal, es una nueva muestra, como ya ocurrió durante la crisis económica de 2008, de «la voracidad empresarial» de las principales compañías petrolíferas, a las que «no parece importarles mucho la gravísima situación económica» que atraviesa España y que exige por todos los agentes económicos su máximo compromiso y aportación, para contribuir a la salida de la actual crisis.

La patronal «no entiende cómo el Gobierno no ha procedido aún a intervenir el precio final» de los carburantes en España, para que la bajada tan importante del precio del crudo «beneficie a quienes más lo necesitan y están sufriendo más la crisis, como son los trabajadores y los autónomos y pequeños empresarios, y no a unos pocos privilegiados».

¿Por qué se producen estas grandes diferencias?

¿Por qué hay impacto inmedito y muy paralelo en las subidas y nunca en las bajadas? Para los analistas de Bankinter «cuando llega la hora de bajar los precios de la gasolina o del gasóil porque la materia prima ha bajado, los precios finales descienden a la velocidad lenta a la que cae una pluma, pero cuando se trata de repercutir las subidas de las materias primas, el precio del combustible para los consumidores sube de forma inmediata, a la velocidad de un cohete. Es lo que lo economistas definen como el efecto pluma y el efecto cohete».

Entre las razones para que baje el precio del petróleo y no de la gasolina los expertos de Bankinter describieron en un informe de 2014, con plena vigencia, las siguientes razones:

1) Del precio que paga el consumidor cuando reposta su vehículo alrededor del 50% corresponden a impuestos. Y este es uno de los motivos por los que la gasolina no puede bajar nunca tan rápido como el petróleo, ya que hay un coste que siempre soportaremos y que impide una bajada del precio similar al de la materia prima. Llevado a un extremo, si el precio del petróleo bajara casi un 100% a 1 dólar por barril, el precio de la gasolina no bajará ese 100% porque tendríamos que pagar esa parte fija. Aún así, es cierto que España no es el único país que grava el consumo de combustibles con impuestos altos.

2) Adicionalmente, hay otros costes y márgenes que incrementan el precio de la gasolina respecto al petróleo y que tienen que ver con todo el proceso de transformación y comercialización. Para que el petróleo pase a ser gasolina hay otros agentes implicados que también ganan sus márgenes (desde transporte a gasolineras). De hecho, el precio del petróleo apenas representa el 40% del coste de la gasolina.

3) Por otro lado está el tema del aprovisionamiento. Lógicamente, desde que se extrae el petróleo hasta que llega al surtidor pasa un tiempo y las empresas tienen sus reservas de gasolina que van sacar al precio que les costó, por lo que una caída drástica en el precio no va a tener un reflejo inmediato en el precio del surtidor.

4) Por último, también hay que tener en cuenta el precio de las divisas. Los barriles de petróleo se comercializan principalmente en dólares y es fundamental para el precio de la gasolina el hecho de tener un euro más fuerte o más débil, ya que ese coste va a ser totalmente diferente incluso con el precio del barril al mismo nivel.

En resumen, señalan desde el departamento de análisis de Bankinter, una bajada de los precios del petróleo debería repercutirse en los precios que los consumidores pagan por abastecerse de sus derivados, entre ellos la gasolina y el gasóil, pero no siempre será en paralelo.

 

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