El presidente de la pública Indra, Murtra, nombrado por Sánchez, asegura que ‘están orgullosos de estar en España
El presidente de Indra, Marc Murtra, una empresa cotizada, pero que puede considerarse pública porque el Gobierno, que no el Estado, hace y deshace a su voluntad con un 30% del capital, ha salido en defensa del Ejecutivo de Pedro Sánchez y su ataque irracional a Ferrovial. Murtra, agradecido a Sánchez por su nombramiento no Ejecutivo en Indra que le reporta más de 600.000 euros al año entre sueldo y otros gastos, ha afirmado este jueves que esta compañía global de tecnología y consultoría está «orgullosa, como empresa, de estar en España». En Indra, el Gobierno, de la mano de la Sepi y del presidente de Prisa, el estadounidense Joseph Oughourlian, y su fondo Amber Capital, dieron un golpe accionarial cesando a sus consejeros independientes, en una acción que la CNMV considera que no se ajusta al Código de Buen Gobierno empresarial, pero, que, curiosamente, no ha actuado contra el control que ejercen el Gobierno y el fondo Amber Capital en si accionariado sin necesidad de habar lanzado una opa.
Así lo ha asegurado en una conferencia organizada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y en la que ha analizado el nuevo contexto global y su impacto en la transformación tecnológica de la industria.
Su declaración se produce el día en que la junta de accionistas de Ferrovial ha votado a favor de trasladar la sede de la empresa de España a Países Bajos para así poder cotizar en la bolsa estadounidense. Una decisión que ha tomado frente a las fuertes presiones del Gobierno de Sánchez, incluidos los insultos y descalificaciones, contra los que han levantado su voz la mayoría de los empresarios, excepto el presidente de la pública Indra, Marc Murtra.
«Estamos orgullosos, como empresa, de estar en España. Este es un país donde se presentan enormes oportunidades, pero queda mucho camino por recorrer», ha subrayado Murtra, para quien «estamos mucho mejor posicionados de lo que algunos críticos extremos aseguran». Difícil explicación tendría que una empresa pública donde mandan más los intereses políticos que los de los accionistas minoritarios trasladase su sede fuera de España.
Sin embargo, «aún nos falta tamaño y escala en las empresas y operaciones realizadas en el país», ha precisado el presidente de la compañía, quien ha señalado que todas las empresas del Ibex 35 son tecnológicas.
Indra, ha dicho, ayuda a sus clientes a identificar los problemas que tienen y a resolverlos a través de la tecnología; y su reto pasa por realizarles «un ‘delivery’ (entrega a domicilio) de transformación digital ganando dinero, porque una empresa debe ganar dinero».
También se ha referido a que «España tiene una vocación europea de Estado -vocación que se cae por su propio peso cuando se critica ferozmente a una empresa que libremente desea cambiar su sede dentro de la Unión Europea- y si quiere jugar un papel en Europa, va a tener que desempeñar un papel en la Europa de la tecnología». «España ha tomado esta decisión. Hay una enorme inercia a favor».