El sistema de subasta pública de Aena condena a los trabajadores a la precariedad

El sistema de subasta pública de Aena condena a los trabajadores a la precariedad

13 junio, 2019
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Actualizado: 13 junio, 2019 16:32
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Mientras Aena, el gestor aeroportuario español, con un 51% de capital público, reparte casi 1.100 millones de beneficios a sus accionistas en dividendos y su presidente Maurici Lucena se embolsa más de 74.000 euros por menos de seis meses de trabajo, los trabajadores de sus servicios contratados están condenados a la precariedad por el sistema de subasta pública de adjudicaciones que usa la empresa pública.

Aena, el gestor aeroportuario español propiedad en un 51% de Enaire, dependiente del Ministerio de Fomento, no es precisamente un ejemplo en el trato con sus trabajadores, especialmente con los de las empresas contratadas para servicios, como seguridad, limpieza, atención en el aeropuerto, etc.

Aena, presidida desde julio de 2018 es una máquina de hacer dinero, pero un dinero que va en su mayor parte, el 80% a sus accionistas, que, además del Estado, son en su mayoría fondos de inversión, o a sus cargos directivos. El año pasado ganó 1.327,9 millones de euros, de los que ha repartido en dividendo 1.062,30 millones, el 80%. Enaire controla el 51% y el resto de los accionistas son Capital Research and Management Company, con el 3,214%; Deutsche Bank, con el 4,392%, y Christopher Anthony, con un total del 8,294%. 

Además del dinero en dividendos, otra buena parte va a parar a manos de sus directivos. Maurici Lucena, socialista catalán presidente de Aena desde el 16 de julio de 2018 tras la moción de cesura de Pedro Sánchez a Rajoy, se embolsó por menos de seis meses de trabajo 74.000 euros. Este año superara los 150.000 euros.

Unos sueldos con los que jamás podrán soñar el resto de trabajadores de Aena, especialmente los de las empresas contratadas para distintos servicios de los aeropuertos. El sistema de subasta pública del gestor aeroportuario condena a estos empleados a la precariedad. Simplemente porque las plicas de la ofertas que se presentan en un concurso de Aena siguen el procedimiento de subasta pública. Es decir, que se abren delante de los participantes en el concurso teniendo éstos derecho a rebajar el primer precio ofrecido para conseguir el contrato. Y esto es así porque Aena no mira más allá del precio a la hora de contratar.

Las empresas que optan a los concursos tienen que repercutir en sus trabajadores la rebaja de la oferta económica realiza porque merma su rentabilidad. Al final de todo este proceso, quedan sueldos en las empresas contratadas por Aena de 700 euros por una jornada laboral de seis horas o de 900 para una de ocho, más las horas necesarias para el desplazamiento al aeropuerto del trabajador, con un único complemento de 38 euros mensuales como plus de transporte, que ni siquiera cubre el abono transporte de una ciudad como Madrid, que al mes, para un adulto, dependiendo de las zonas que incluya, va desde los 54,60 euros a los 131,80.

 

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