El tabaco mentolado, prohibido desde este miércoles
El tabaco mentolado desaparece de los estancos a partir de mañana miércoles, un producto clásico que por momentos incluso llegó a convertirse en un icono pese a que en España su peso siempre fue residual durante los más de 50 años que ha estado a la venta.
Su prohibición viene de Bruselas, ha sido largamente anunciada y afectará a un número reducido de fumadores en el caso español: según la Mesa del Tabaco -entidad que agrupa a todo el sector, desde cultivadores hasta marcas y estancos- supone un 3 % del total de ventas, aunque en Canarias son la excepción y allí la cuota de mercado triplica la media y ronda el 10 %.
La Comisión Europea aprobó acabar con los cigarrillos con sabores y aromas en 2016 (aunque al mentolado le concedió una moratoria que expira ahora), en una decisión que sus responsables justifican para evitar hacer del tabaco un producto más atractivo de cara a la gente joven.
No obstante, la norma no afecta al tabaco para pipa de agua (también conocida como cachimba), ni a los llamados «productos de nueva generación», como el tabaco calentado (del que en España existen dos referencias mentoladas a la venta), ni a los cigarrillos electrónicos (que no llevan tabaco sino líquidos, la mayoría con nicotina).
Nacido en los años 20 en Estados Unidos, su llegada a España no se produjo hasta la década de los 60 de la mano de marcas estadounidenses que sólo se podían vender como artículo de importación o bajo licencia, lo que encarecía los precios, ha recordado en declaraciones a Efe Migue Luengo, directivo durante casi tres décadas en empresas del sector.
«En España siempre ha sido poco relevante, al contrario que en otros países, como Alemania o Finlandia -en este último han llegado a suponer el 25 % del mercado-. Aunque en los últimos años la llegada de las cápsulas en los filtros ha sido una innovación que resucitó la categoría», ha explicado Luengo.
Los estanqueros europeos pidieron recientemente aplazar la entrada en vigor de la normativa porque la pandemia de la covid-19 había alterado sus previsiones para deshacerse de todo el «stock» del tabaco mentolado, pero Bruselas denegó esa opción.