El teletrabajo traerá ERE, según Merlin Properties, que basa su negocio en el alquiler de oficinas

El teletrabajo traerá ERE, según Merlin Properties, que basa su negocio en el alquiler de oficinas

La mayor socimi cotizada de España basa buena parte de su negocio en el alquiler de oficinas que ahora ve peligrar por el teletrabajo donde las empresas ya no necesitan tanto espacio físico
25 junio, 2020
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Actualizado: 17 diciembre, 2020 12:54
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El consejero delegado de Merlin Properties, Ismael Clemente, ha advertido de que la implantación del teletrabajo puede desembocar en expedientes de regulación de empleo (ERE) y en una caída de la productividad que acelere la robotización en el mundo laboral. La mayor socimi cotizada en España basa gran parte de su negocio en el alquiler de oficinas y necesita que las empresas requieran de espacio físico para desarrollar su actividad.

Para Clemente el teletrabajo «no es simplemente escaquearse de currar y ver cómo coño hago para estar en casa, que siempre estoy más cómodo», ya que «esa comodidad puede ser como cuando los periodistas saludaron con gran efusividad la llegada de los ‘blogs’ y del periodismo a internet y casi todos han sido víctimas de ERE posteriormente», ha afirmado.

Es la segunda vez en pocos días que el CEO de la mayor socimi cotizada de España critica el teletrabajo y recalca que «no es tan sencillo como la gente cree» y que «hay que tener bastante cuidado» con él. Y es así, porque gran parte de su negocio está en el alquiler de oficinas y el teletrabajo puede llevar a muchas empresas a menores necesidades de espacio físico para desarrollar su actividad.

«Hay que tener bastante cuidado con eso, sobre todo en unos tiempos en los que se avanza inexorablemente en una robotización de procesos y hay diferentes estudios que señalan que trabajos con una productividad por área inferior a 10 dólares van a ser en un 66 % robotizados», ha argumentado durante un debate de Simapro sobre «los jóvenes y el futuro del empleo en el mercado inmobiliario».

El presidente de los promotores madrileños y de la Asociación de Constructores y Promotores de España (APCE), Juan Antonio Gómez-Pintado, ha coincidido en que hay que tener una «percepción cuidadosa» del teletrabajo y en que éste «no resultaría sostenible a largo plazo» para empleos creativos o que necesitan de la relación personal.

A su juicio, esta forma de trabajar ha servido para mantener la actividad durante el confinamiento por la crisis de la COVID-19, pero lleva a «perder la chispa del contacto personal y las grandes ideas no salen de las pantallas, sino de la relación personal que se tiene dentro de las compañías».

En su intervención, Gómez-Pintado ha planteado también el problema de «relevo generacional» que tiene el sector de la construcción, en el que dentro de 15 años el 31 % de su mano de obra estará jubilada y el 35 % tendrá más de 55 años, mientras que la Formación Profesional se está «dejando completamente abandonada».

Por su parte, el consejero delegado de Aedas Homes, David Martínez ha explicado cuales son los perfiles más demandados en la actualidad por las promotoras, entre ellos el de especialistas comerciales que entiendan que el cliente es uno de sus principales activos y les acompañen en todo el proceso, incluso más allá de la entrega de su vivienda.

También el de técnicos que compartan que la industria de la construcción necesita modernizarse e incorporar nuevas formas de construir para asegurar plazos de entregas, ajustar costes de construcción sin desviaciones y proporcionar las calidades que compran los clientes.

Las promotoras necesitan asimismo gerentes de promociones, un perfil que incorpore -ha dicho el CEO de Aedas- formación técnica, financiera y comercial, además de habilidades personales como ser empático y capaz de gestionar equipos y de relacionarse con las administraciones públicas.

En el debate también ha participado el ex consejero delegado de Neinor y actual director de JV20, Juan Velayos, que se ha declarado un «convencido de los jóvenes» para trabajar, por las capacidades intrínsecas a su juventud, a pesar de algunas carencias como la falta de «capacidad de sacrificio», y ha criticado que las carreras universitarias no estén más orientadas a la vida práctica.

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