Otro chollo de las eléctricas: el fraude eléctrico también lo pagan todos los consumidores
Se imagina que todos los españoles se tiene que hacer cargo de los robos en supermercados o bancos. Sería algo impensable. Sin embargo, en el sector eléctrico es así. El fraude en el sector no lo asumen las empresas. Lo pagan todos los consumidores, hayan no hecho fraude.El sector eléctrico español es como pintoresco y diseñado a la media de las compañías. Nadie entiende el recibo de la luz, ni la cantidad de impuestos que soporta, ni siquiera que la última energía que entra el pool en el día, casi siempre la más cara procedente de combustibles fósiles sea la que se emplea para fijar el precio de la actualidad, o que un hogar no pueda ser autosuficiente en energía porque la fiscalidad acaba con esa posibilidad.
Pero hay más. Es el único sector en el que de forma oficial y legal el fraude de las empresas lo tiene que asumir todos los consumidores en el recibo de la luz por Ley. Cuando roban en un supermercado, en un banco, o alguien se va sin pagar de un restaurante, o en cualquier otro caso de fraude, el daño causado lo tiene que asumir la propia empresa o el que acometido el delito si lo detectan, no lo repercuten, al menos, oficial y legalmenteen el resto de los consumidores que nada tienen que ver con el fraude o estafa.
Endesa ha asegurado hoy que en los últimos dos años se ha registrado un aumento del 88% del fraude eléctrico en Andalucía, cifrado en más de 623 millones de kilovatios hora, lo que equivale al consumo de la ciudad de Jaén durante un año y medio.
Según ha informado en un comunicado, el año pasado en Andalucía se detectaron 50.312 casos de fraude eléctrico, un 32 % más que en 2015 (37.991) y un 88 % más respecto a 2014 (26.721).
Si un panadero hace 100 barras de pan y sólo vende 75, las otras 25 le computarán como pérdidas. En las eléctricas, no. Por Ley está asegurado que el 100% de la electricidad que generan está vendida
Según Endesa, que cita fuentes de la CNMC, el fraude eléctrico supone un incremento anual de 150 millones de euros en la factura de la luz. De esos 150 millones de euros, ni un sólo céntimo repercute en la cuenta de los resultados de las emrpesas eléctricas, sino en los recibos de los consumidores, que tiene que asumir por la Ley del sector eléctrico la diferencia entre la energía generada y la demandada por los consumidores. Generación y demanda tiene que cuadrar al céntimo.
Da igual que ese energía se haya perdido por problemas por un mal funcionamiento de la red o de las instalaciones de transformación, por enganches ilegales o por manipulación de contadores. Se cobra tanta energía como se ha producido y si no se encuentra el punto de suministro se carga en el recibo de todos. Si el panadero hace 100 barras de pan, y sólo vende 75, ésta computarán para el beneficio y las otras 25 no vendidas, como pérdidas. En el sector eléctrico no. Se asegura que todo lo que produce está vendido.
Y se hace en el cargo de costes de producción por la denominación de pérdidas en el transporte y la distribución.
La eléctricas siguen ganando miles y miles de millones de euros con un servicio básico donde incluso hinca el diente la voracidad del Estado con el cobro de un impuesto sobre la electricidad que, además, le carga un IVA del 21%, como al resto del recibo.
Mientras tando, los consumidores no sólo tienen que hacer frente al pago de sus recibos, sino que además se hacen cargo del fruade que soportan las empresas. Un negocio muy seguro y muy brillante, pero con muy pocas luces para ocultar la opacidad del mismo.