Fallece Enrique Sendagorta, un ejemplo para futuras generaciones de empresarios

Fallece Enrique Sendagorta, un ejemplo para futuras generaciones de empresarios

07 enero, 2018
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Actualizado: 07 enero, 2018 18:52
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En 2014 recibió el primer premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial del Círculo de Empresarios como «ejemplo» de labor profesional a las futuras generaciones de empresarios y por la constitución de una empresa que ha generado empleo, inversión y ha contribuido al bienestar y al progreso.
El fundador de la empresa de ingeniería Sener, Enrique Sendagorta Aramburu, ha fallecido este sábado a los 93 años. Estudió ingeniería naval en la Escuela de Ingeniería de Madrid y fundó Sener en 1956 junto a su hermano José Manuel. Además de su labor como máximo responsable de Sener, Enrique Sendagorta también fue el primer presidente de Petronor, la refinería vizcaína propiedad de Repsol y Kutxabank, entre 1968 y 1976, vicepresidente del Banco de Vizcaya y consejero del BBV cuando se fusionó con el Banco de Bilbao.
Sener, que en 2016 facturó cerca de 1.000 millones con una plantilla de unos 2.500 trabajadores y un beneficio de 17 millones, se dedicó inicialmente a la ingeniería naval, su principal producto es un software para el diseño de barcos, y posteriormente entró en otros sectores como el energético y el aeroespacial, con la creación de la empresa Industria de Turbopropulsores-ITP, cuyo 53,1% ha vendido este año a su socio en la empresa, Rolls&Royce, por 720 millones de euros.

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Una de las últimas entrevistas realizada a Enrique Sendagorta fue la conducida por Julio Ariza, presidente del Grupo Intereconomía. En la misma, el empresario dio muestras de su humanidad y ejemplaridad casi desaparecida en estos momentos. Sendagorta, bilbaíno de nacimiento, recordaba su juventud asistiendo a los partidos del Athletic o a la botadura de un barco. En el 1941 se fue a Madrid y tan sólo se podía estudiar la Ingeniería Naval en la capital, carrera a la que se accedía una vez pasado un duro examen de ingreso.
Una vez obtenido el título, volvió a Sestao a un astillero privado. «Nunca había sucedido que cinco ingenieros navales acudían a Sestao», contó orgulloso el veterano empresario. Sestao «era una zona que no era fácil», pero «nos unía el trabajo» y a nadie se le preguntaba sobre ideología. «Era la zona del socialismo», junto a Barakaldo, afirmaba. «Yo les he querido muchísimo a todos», apostilló. «Había que hacer una cosa, y se hacía», «era el trabajo lo que nos unía».
También ha apuntado que viajó por distintos lugares antes de Argentina. Entre ellos, citaba a Amberes, Canarias, Recife, Uruguay y Argentina, donde llegó en la Navidad del 49-50. En este sentido, ha destacado la época de necesidad que asolaba entonces España. «Los campos eran pocos», ha señalado. No había cosas fundamentales. De hecho, Argentina -señala- mandó barcos de trigo. «Yo entonces ya había fundado Sener», es decir, en el año 56, pero un año antes había estado viviendo en Suiza debido a la tecnología de los motores.
De vuelta a Bilbao, «encontré una vitalidad sumergida y no había hambre», apuntó a Ariza. Sus viajes siguientes fuerona a Italia y Alemania. En la fundación de Sener contrató a 15 jóvenes de la ría de Bilbao. Entonces montar una empresa no requería las condiciones actuales. «Era muy fácil», señala.
El capital necesario para montar una empresa era el millón de pesetas, pero tan solo había que desembolsar 250.000 pesetas, es decir, 1.500 euros, sin contar la inflación. De hecho, solo puso 125.000 pesetas, ya que fue cofundada. Un pariente le dio la mitad del préstamo y la otra mitad la tenía, por lo que solo tuvo que poner de su bolsillo 75.000 pesetas.
Sendagorta ya había ganado su prestigio, con clientes particulares en cartera. Todo ello relacionado con la ingeniería. Su trabajo se realizaba en la calle Arcilla, en el centro de Bilbao. Sener tiene cerca de 6.000 personas, convirtiéndose en una de las empresas más importantes del sector. Ahora, han hecho proyectos de lanzamientos de cohetes meteorológicos.
Contaba también cómo fue la dura negociación con los argentinos, o cómo fue elegido por diversas empresas del sector como hombre ponderado para poner fin a conflictos. «Era independiente y por eso me eligieron». Asimismo, ha asegurado que en la época de los 60 «la gente se formaba con una ilusión bárbara»
Al margen de su actividad empresarial, Sendagorta apoyó financieramente la creación de la Universidad de Navarra del Opus dei y fue director general de Comercio Exterior en el Ministerio de Comercio entre 1960 y 1963. En 2014 Enrique Sendagorta, padre de seis hijos, recibió el primer premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial del Círculo de Empresarios como «ejemplo» de labor profesional a las futuras generaciones de empresarios y por la constitución de una empresa que ha generado empleo, inversión y ha contribuido al bienestar y al progreso.
 

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