La auditoría a las eléctricas dejaría sin argumentos a las compañías y al Gobierno
La auditoría a las eléctricas dejaría sin argumentos al Gobierno, o al menos desmentiría en gran parte las excusas puestas hasta ahora por el disparado precio de la luz en enero.
La regulación eléctrica se ha convertido en una maraña ininteligible para el consumidor, al que se le ha puesto a los pies de las eléctricas, cuyos beneficios no han dejado de dispararse en plena crisis. El Gobierno ha tratado de echar balones fuera sobre este polémico asunto al asegurar que el precio de la electricidad baja «cuando llueve», mientras los precios han registrado niveles muy próximos a los máximos históricos de diciembre de 2013, mes en el que se culpabilizó a Iberdrola por manipular el mercado.
El Gobierno no solo se niega a reducir los costes de la parte regulada del precio la luz, que incide en un 60% en la factura final del consumidor, sino que también rechaza realizar una auditoría sobre el coste de generación de la electricidad, más cuando la diferencia entre el coste y el beneficio de las empresas eléctricas es muy superior al de cualquier otro gran país de Europa. Los consumidores de España pagan el tercer precio más elevado del Viejo Continente, pese a disfrutar de más horas de Sol que Reino Unido, Alemania, Francia o Dinamarca.
Sin incomprensible es la factura de la luz para la gran mayoría de los consumidores, más aún lo es el mercado eléctrico, donde no sólo juegan empresas españolas sino también del resto de Europa, así como las regulaciones de un sector que actúa en España en régimen de oligopolio.
Los consumidores solo pueden conocer el precio final de la luz y por horas de un día a otro, pero sin saber de dónde procede de forma comprensible y sencilla dicho cálculo. Con una auditoría se conocerían los costes reales para la generación de la electricidad, pero el Gobierno se niega a aceptar no sea que se conozca el por qué de la brecha entre el coste y el beneficio obtenido por las compañías eléctricas, dependientes a su vez de los caprichos del Gobierno de turno, el mismo equipo ejecutivo que después suele acomodarse en los sillones del consejo de administración de las propias compañías, las llamadas puertas giratorias.
El sistema eléctrico es opaco, mientras el Gobierno se escuda en la falta de lluvia
El actual sistema eléctrico es opaco y se guarda en secreto a los ojos del consumidor, que sólo pretende conocer por qué mes a mes y año a año se incrementa el precio de la luz sin que se hayan modificado los costes de generación. Mientras las eléctricas conocen los hábitos de consumo de los 26 millones de hogares enchufados a la red, y no día a día sino hora a hora, una valiosa información a la hora de negociar precios y tarifas en el mercado libre, un mercado en el que el contribuyente está en clara desventaja y que solo ha salido rentable con un precio de la luz casi en máximos históricos.
El Gobierno, por su parte, en vez de arrojar luz y dotar transparencia a esta regulación se niega a ello, más aún cuando sus decisiones repercuten en un 60% en la factura final. El otro 40% lo marca un mercado mayorista, en el que la energía más contaminante y más cara fija el precio final al tratarse de un «mercado de marginales».
El sillón del consejo de las eléctricas, un puesto codiciado por miembros del Gobierno
El actual ministro de Energía, Álvaro Nadal, afirmaba que el Gobierno nada podía hacer respecto al precio de la electricidad, mientras el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, culpaba a la falta de lluvia de todo el problema. Cabe recordar que desde el año 2008 hasta el 2016, sin contar la disparada subida de este mes de enero, la luz se ha disparado un 50%.
El mismo argumento dio el PP en 2013 cuando se exigió por primera vez una auditoría a las eléctricas en el Congreso. Se abstuvieron en aquella votación PSOE, CC y PNV, mientras que PP, Foro Asturias, UPN y la extinguida CiU votaron en contra. Tan solo 25 diputados intentaron sacar adelante la votación. Ahora, cerca de cuatro años después, tan solo el PP se muestra reacio a la medida, mientras que el PSOE ha cambiado su abstención por un sí, a tenor de las declaraciones, mientras que el nuevo actor en el Congreso, Ciudadanos, también exige realizar tal peaje.
El precio de la luz quintuplicó en enero el del coste de generación
Y es que, el problema no reside en la generación de energía, más cuando el sistema tiene capacidad sobrada para dar abastecimiento a toda la población, al tiempo que los consumidores ven como su factura engorda incluso sin consumo. Para muestra un botón, los costes regulados de la luz se han disparado desde 2006, mientras que la generación de electricidad ha permanecido prácticamente invariable desde entonces. El coste medio para la producción actual es de unos 21 euros por MWh, mientras que el precio del MWh ha alcanzado para este lunes los 49,66 euros, es decir, 2,3 veces más ahora. En enero la diferencia alcanzó las 4,8 veces.
La oposición ha colocado el problema del precio de la luz en el foco tras dispararse los precios. Los consumidores exigen un informe detallado sobre la parte fija del recibo y mostrar así el oligopolio al que están sometidos, más cuando quien genera, produce y comercializa la electricidad son las propias empresas que han engrosado sus cuentas de resultados en los últimos años.
Para este año, el mismo Gobierno ha asegurado que el recibo anual de la luz se incrementará en 100 euros, un ascenso que se suma al 50% registrado desde 2008.
Los consumidores tan solo pueden ahorrar en consumo eléctrico, con electrodomésticos más eficientes y eficiencia -apagar los aparatos eléctricos, no usar las luces a discreción, tratar de iluminar las estancias con luz natural durante el día, etc…-, y estar a la espera de si alguna vez se darán respuesta oficialmente a cuánto cuesta producir energía eléctrica, qué es lo que se paga y qué se recibe a cambio.