La banca española ajusta plantillas ante el desafío tecnológico y las fusiones

La banca española ajusta plantillas ante el desafío tecnológico y las fusiones

14 diciembre, 2016
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Actualizado: 14 diciembre, 2016 17:41
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Casi el 3% de los empleados de banca perdió su empleo en 2016. 13 empleados perdieron su puesto de trabajo cada día en el sector bancario.
Las entidades se preparan para un proceso de adquisiciones que se abrirá con la subasta de BMN y que se produce en un contexto donde mandan las nuevas tecnologías.
Ocho años después del inicio de la crisis, casi la mitad de los empleados de banca han perdido su puesto laboral. De los 270.855 trabajadores que empleaba en 2008, quedarán cerca de 164.000 cuanto termine este mes de diciembre.
Dos grandes procesos de despidos colectivos han marcado el año; los protagonizados por el Banco Santander y Banco Popular. La entidad que dirige Ana Patricia Botín realizó un ajuste de un millar de personas dentro de su plan de reestructuración y rebaja de costes, y el Banco Popular está inmerso en un proceso de ajuste que todavía podría durar varios años. La entidad que ahora preside Emilio Saracho cerró con los representantes de los trabajadores un acuerdo por el que 2.592 empleados dejarán el banco, aunque el número de peticiones para una salida voluntaria alcanzó las 3.000 solicitudes.
BBVA también ha realizado ajustes debido a la consolidación del negocio de Catalunyabanc. Cuando el banco que preside Francisco González se hizo con la entidad, esta contaba con 5.000 trabajadores, de los que cerca de 1.800 salieron este año tras la ejecución de un ERE.
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La banca española sigue en realidad la senda marcada desde los distintos organismos internacionales. Esta misma semana, el Fondo Monetario Internacional alertaba en el Artículo IV (un análisis sobre la situación de la economía española) de los riesgos de un sistema bancario excesivamente fragmentado. Pedía el organismo que dirige Christine Lagarde mayor concentración de las entidades, “por razones de eficiencia y rentabilidad”. Desde el Banco Central Europeo o el Banco de España también se insiste en esa línea, y 2017 ya tiene varios desafíos a la vista.
Bankia y Banco Mare Nostrum (en subasta primero, a través de una posible fusión con Bankia después) son dos de los retos que el sector debe asumir el próximo año. Además, continúan las especulaciones sobre el futuro del Banco Popular, situándolo bajo el paraguas de bancos como el Santander, Sabadell o Caixabank. Todos ellos estarían interesados en su rentable negocio de pymes, donde es el líder en España.
Desde la consultora BDO aseguran que las próximas fusiones o adquisiciones obligarán al cierre de cerca de 8.000 oficinas en los próximos cuatro años, algo que podría afectar a cerca de 40.000 empleados.

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