La CNMV se lava las manos en la imputación de Sánchez Galán por el caso Iberdrola-Villarejo

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, ha dicho respecto a la imputación del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en el caso Villarejo, que a la CNMC no le corresponde formarse un juicio sobre la adecuación de las conductas o continuidad de los ejecutivos de compañías cotizadas.

Buenaventura, que ha participado este viernes en Santander en el curso de la UIMP «Perspectivas de la economía española y europea ante la nueva realidad», que organiza la APIE, ha señalado que esas cuestiones tienen que sustanciarse en los consejos de administración o en las juntas de accionistas, ya que estos últimos son los dueños de las compañías.

Ha señalado que lo que sí hace el supervisor bursátil es recomendar a las compañías, que tienen consejeros independientes, cuya misión es vigilar el interés de los accionistas, en especial de los minoritarios, que se planteen qué deben hacer y que en los órganos de gobierno se deliberen este tipo de cuestiones y que esa información se ponga a disposición de los inversores.

Buenaventura ha dicho que la CNMV no entra en el fondo de estos asuntos, sino que su misión es vigilar que «las formas son las correctas y las que cada compañía declara cumplir».

En su opinión, las situaciones como la mencionada son «casos aislados» y se tienen que sustanciar, y la CNMV lo que hace es recomendar a las compañías que extremen la vigilancia de los comportamientos de sus consejeros, activen sus mecanismos de gobierno corporativo para evaluar estos casos y que informen a sus accionistas.

Para Buenaventura, el papel de los independientes en los consejos de administración es «muy relevante» y es un «mecanismo adecuado, si se ejercita bien», como contrapeso en el gobierno de las compañías cotizadas.

Rodrigo Buenaventura ha recordado que en noviembre de 2019 la CNMV hizo un comunicado sobre los riesgos que suponían para las compañía cotizadas «episodios de este tipo».

Ha subrayado que el supervisor bursátil fue entonces «contundente» al transmitir el mensaje de que el «desgaste reputacional» que sufren algunas compañías supone un riesgo para ellas y un «riesgo diferido» para las compañías cotizadas.

Ha explicado que el papel de la CNMV es asegurar que existe transparencia en la información que recomiendan a las compañías dar al mercado en este tipo de situaciones: «Y en eso hemos estado en este caso».

Además, el presidente de la CNMV ha asegurado que los ejecutivos españoles tienen estándares éticos tan elevados como los de los países del entorno.