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La compra de Air Europa por Iberia, cada vez más difícil por la CE, el Gobierno y Globalia

La compra de Air Europa por Iberia, cada vez más difícil por la CE, el Gobierno y Globalia

05 noviembre, 2021
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Actualizado: 05 noviembre, 2021 12:58
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El consejero delegado del grupo International Airlines Group (IAG), Luis Gallego, es hoy «más pesimista» sobre el buen fin de la operación de compra por Iberia de Air Europa, pendiente del análisis de la Comisión Europea y de las conversaciones que mantienen con el Gobierno español y con Globalia.

Gallego ha considerado que la operación sólo saldrá adelante si «sale la ecuación» entre las exigencias de Bruselas de deshacerse de rutas para garantizar la libre competencia, «las condiciones del Gobierno» en torno al préstamo del Fondo SEPI de 475 millones que concedió a la compañía y las condiciones de Globalia.

«No estamos cerrados a ninguna alternativa», ha dicho Gallego, que ha eludido pronunciarse sobre la posibilidad de que el Gobierno entre como accionista en Air Europa, pero «si los números de la operación no salen nos tendremos que ir».

En caso de que la operación no salga adelante, IAG deberá abonar a Air Europa 40 millones de euros, tal como recogía el acuerdo firmado por ambas partes ahora hace justo dos años (entonces acordado entre Iberia y Globalia en 1.000 millones y luego rebajado a 500 millones), Gallego ha sido contundente sobre este pago si fracasa la operación: «si, lo haremos».

Si finalmente no prospera, IAG tiene en cartera otras opciones para reforzar las posiciones sobre todo en América Latina, aunque el máximo ejecutivo de IAG no ha concretado qué compañías analizan.

La Comisión Europea debe pronunciarse antes del 4 de enero sobre la cesión de rutas presentada por Iberia, que, en paralelo, está hablando con el Gobierno y con Globalia. «Si esas tres variables salen positivas, haremos la operación, si no, no podemos hacerla», ha afirmado.

IAG defiende que esta compra sería muy positiva para reforzar el «hub» (centro de interconexión del tráfico aéreo) de Madrid y colocarlo en «la primera división» de los hubs internacionales, al nivel de Londres, París o Fráncfort. 

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