La demagogia de la UE sobre los aranceles al acero en EE UU
Bruselas se ha rasgado las vestiduras por los nuevos aranceles de EE UU a la importación de acero y aluminio. No obstante, aún no se ha concretado exactamente a qué países afectan. No obstante, la UE ya impuso hace tan solo cinco meses la misma medida para Brasil, Irán, Rusia y Ucrania, en pro de proteger su industria.
Sorprende que la UE haya reaccionado tan pronto a una medida que quizá ni afecte a la UE, pero sí a Brasil, país ya golpeado por la UE por la importación de acero. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha criticado la medida de Donald Trump, que es casi un calco de la impuesta por la UE a varios países.
«Lamentamos claramente» esta decisión, ha afirmado el jefe del Ejecutivo europeo, al tiempo que presentará «en los próximos días una propuesta de réplicas contra Estados Unidos compatibles con las reglas de la OMC, para reequilibrar la situación«. Una puerta abierta a la demagogia que se respira en la UE durante los últimos años. De hecho, se han endurecido las condiciones a la importación de acero procedente de varios países el pasado mes de octubre, entonces el discurso era radicalmente opuesto, para proteger la industria europea, muy dependiente de las exportaciones.
La UE incrementó los aranceles a la importación de acero en Brasil, Irán y Rusia hace solo 5 meses
EE UU no ha hecho más que avisar que subirá los aranceles para determinados países, entre los que podrían estar los mismos incluidos en la lista de la UE, con Rusia y Brasil en el punto de mira. La subida de aranceles en EE UU serán del 25% para el acero y del 10% en el aluminio, pero no ha facilitado las economías afectadas.
Por si acaso, la UE, Canadá y Alemania han cambiado una postura de cautela por un discurso defensivo de sus propios intereses. Según Juncker, es «una intervención flagrante para proteger a la industria estadounidense y no está basado en una justificación relacionada con la seguridad nacional».
No obstante, hace cinco meses la UE imponía aranceles al acero laminado de Brasil, Irán, Rusiay Ucrania tras una investigación antidumping, iniciada en julio de 2016, tras una demanda de la Asociación Europea del Acero (Eurofer). Los países habían importado acero laminado a la UE por debajo del precio del mercado, motivo por el que impuso un arancel de entre 17,6 y 96,5 euros por tonelada, muy lejos de los 472,27 euros por tonelada fijados previamente.
La filial brasileña de ArcelorMittal fue una de las afectadas. Así justificó la Comisión Europea estos aranceles: «Esta acción tomada por la UE pretende proteger los trabajos europeos y la industria de prácticas desleales». «El objetivo es mantener un marco de competencia leal para las compañías europeas», ha afirmado.
Por su parte, el ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, ve «totalmente incomprensible» la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio en EE UU y ha exigido una respuesta contundente por parte de la UE.
Alemania ve con gran preocupación la imposición de aranceles en EE UU, pero aceptó ponérselos a Brasil
En declaraciones al diario «Die Welt», Gabriel ha recibido «con gran preocupación» el anuncio y aseguró que, a diferencia posiblemente de otros Estados, las empresas alemanas y europeas de la industria del acero y del aluminio «no practican una competencia desleal con precios inferiores al coste de producción«, justificando así los aranceles impuestos por la UE en octubre del pasado año, aunque de facto perjudica a esas economías.
«Pero semejante ataque generalizado por parte de Estados Unidos afectaría con mayor fuerza precisamente a nuestras exportaciones y puestos de trabajo», ha lamentado, al tiempo que ha justificado que «es totalmente incomprensible en particular respecto a los socios de la UE y la OTAN».
Ve necesario hacer «todo lo posible para evitar un conflicto comercial a nivel internacional»
El jefe de la diplomacia alemana expresó su esperanza de que Trump «reconsidere nuevamente su anuncio» y ha agregado que es necesario hacer «todo lo posible para evitar un conflicto comercial a nivel internacional» que, recordó, no interesa ni a Europa ni a Estados Unidos y sólo beneficiaría a terceros.
Al mismo tiempo, Gabriel ha apuntado que la UE debe «reaccionar con decisión a aranceles de Estados Unidos que ponen en peligro miles de puestos de trabajo en Europa».