La Iglesia y sus instituciones, golpeadas por el Popular

La Iglesia y sus instituciones, golpeadas por el Popular

08 junio, 2017
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Actualizado: 08 junio, 2017 10:00
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La Iglesia y sus instituciones, como la Conferencia Episcopal y sus órdenes religiosas, así como el Opus Dei, han estado muy ligadas a la historia del extinto Banco Popular. Entre sus accionistas y principales víctimas de la caída de la entidad hay numerosas familias empresariales ligadas a la Obra.

Las acciones del Popular no valen nada, ni un céntimo, y entre sus accionistas existen fundaciones y empresas vinculadas al Opus Dei. Entre ellos destaca la Unión Europea de Inversiones, una empresa instrumental que aglutina a numerosas familias de la Obra y posee 123,5 millones de acciones del Popular. La entidad comunicó la amortización de todos estos títulos, pero dejando la deuda de 152 millones de euros.

Pero existen numerosas fundaciones ligadas al Opus Dei o a la Iglesia. Fundación Fondo para Atenciones Sociales, dirigida por Carlos Figuero, gerente del patronato de Torreciudad, el santuario levantado por el fundador del Opus Dei, José María Escribá de Balaguer, ostenta el 18,7% de Unión Europea de Inversiones. Otro porcentaje muy similar ostenta la Fundación IEISA, cuyo titular es Gregorio López Bravo, pero había otros consejeros como Luis Herrando Prat de la Riva, hasta 2016 consejero de Banco Popular, y hermano de Ramón Herrando Prat de la Riva, el vicario regional del Opus Dei en España. También se encontraba Pedro Pasquín Echanove, consejero delegado de Lazard en España, y que renunció al patronato de la Fundación IEISA.

El Fondo Social de Cooperación-Fundación Vasconia, muy vinculada a la Iglesia Católica, ostenta el 8% de Unión Europea de Inversiones tras comprar en marzo de 2015 el 7,713% al grupo portugués Américo Ferreira de Amorim. La Fundación Universitaria de Navarra ostenta el 5,8% de Unión Europea de Inversiones.

Todos ellos han sido víctimas de una mala gestión por parte de Emilio Saracho y su equipo, que ayer fueron sustituidos por los hombres del Santander, en el mismo día en el que se oficializó la compra por un euro. A Saracho y a su equipo ni siquiera se le ha nombrado en el último comunicado del Banco Popular, ni un agradecimiento por los servicios prestados, una forma más de que su actuación ha llevado a la quiebra al banco, que ha tenido que ser rescatado por el mecanismo de liquidación de la UE, para después ser vendido por la simbólica cifra de un euro.

La UEI rompió toda relación con el Popular debido al desplome de la acción durante el primer trimestre del año, con unas pérdidas de 1,69 millones de euros frente al beneficio de 1,6 millones de 2016. Las pérdidas se han debido a varias causas, entre ellas la significativa caída que han registrado los títulos del banco, que se dejan más del 17% en el acumulado del año, y la ausencia del reparto de dividendos. No obstante, el principal problema es el préstamo concedido para comprar acciones del Popular, en concreto 152 millones de euros.

Obispos y arzobispos unidos al Popular

La Iglesia tenía un elevado grado de vinculación entonces con el Popular. De hecho, tenía a Eduardo Pomares como director de la división de instituciones religiosas. Un hombre de plena y máxima confianza de obispos y arzobispos españoles quienes le confiaban sus ahorros. Pomares tras varios años en el Popular, fue fichado por el Santander en abril de este mismo año. Apodado como «monseñor» gestionaba todo el patrimonio eclesiástico del Popular, labor que podría retomar con el Santander, ya que las cuentas de clientes pasan a ser una filial del banco presidido por Ana Botín.

La relación entre la Conferencia Episcopal y el Popular se hace visible en el accionariado de 13TV. La Conferencia Episcopal tiene un 58% del medio de comunicación, mientras que el Popular ostentaba el 14,3% tras una inyección de cuatro millones de euros en marzo de 2015. Poco después, 13 TV realizó una ampliación de capital, que Popular no suscribió, reduciendo su participación a poco más del 11%.

La estrecha vinculación del Popular con la Iglesia nace desde su fundación

Fundado como Banco Popular de los Previsores del Porvenir en 1926, con tan solo 10 millones de pesetas de las de entonces. Entre sus fundadores se encontraba Alfonso XIII, y su familia. Tras la Guerra Civil y con la presidencia de Fèlix Millet i Maristany, padre del saqueador del Palau de la Música de Cataluña. modificó su nombre por el de Banco Popular Español.

Empresarios vinculados al Opus Dei, como Mariano Navarro Rubio, que dejó la entidad para ser ministro de Hacienda y gobernador del Banco de España. También se encontraban Rafael Termes, ex consejero delegado del banco y ex presidente de la Asociación Española de Banca (AEB). Tras Millet, llegó Luis Valls Taberner, que llegó a ser vicepresidente ejecutivo y después presidente en el 72, un cargo que no dejaría hasta 2004, en pleno apogeo del ladrillo. Los Valls, vinculados también al Opus Dei, formaban el núcleo central de los accionistas del banco y dieron entrada a altos empresarios y ejecutivos también vinculados al Opus Dei.

Fue entonces cuando el único objetivo del Popular era la rentabilidad. El banco se dedicó sobre todo a crecer en el segmento pymes, del que fue líder de España hasta ayer con una cuota de mercado cercana al 18,5%. Con este modelo, junto con un exhaustivo control de gastos, el banco se regía con austeridad, pero logrando ser el líder de rentabilidad en Europa durante décadas. El Popular no entró nunca en las pujas de otras entidades financieras durante esta etapa, aunque posteriormente entraron accionistas como Allianz o Crédit Mutuel y la Unión Europea de Inversiones (UEI), una sociedad que tiene como accionistas familias empresariales vinculadas al Opus Dei.

 

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