La UE multó a las farmacéuticas con 780 millones por prácticas de monopolio
La Comisión Europea y los países de la Unión Europea impusieron a las compañías farmacéuticas multas por valor de más de 780 millones de euros entre 2018 y 2022 por haber cometido prácticas de monopolio y contrarias a la competencia, informó este viernes el Ejecutivo comunitario.
En un informe de la Comisión Europea para evaluar el impacto de las reglas antimonopolio de la UE en el sector farmacéutico, Bruselas informó de que las autoridades comunitarias y nacionales adoptaron a lo largo de esos años 26 medidas contra empresas farmacéuticas por sus prácticas anticompetitivas en el suministro de medicamentos.
Estas medidas derivaron en sanciones económicas, que en total sumaron más de 780 millones de euros, pero también en compromisos jurídicamente vinculantes asumidos por las empresas farmacéuticas para remediar sus actuaciones contrarias a la competencia, destacó la Comisión Europea en un comunicado.
Algunas de las prácticas monopolísticas que cometieron las farmacéuticas multadas fueron el uso indebido del sistema de patentes y los litigios abusivos para alargar la exclusividad de una patente, el descrédito de los productos de un competidor para proteger las ventas de la empresa dominante y la imposición de precios excesivos cobrados por medicamentos sin patente.
La UE afirmó que las prácticas de las farmacéuticas dañaron a la innovación del sector
La Comisión concluyó que estas prácticas dañaron la innovación en el sector farmacéutico, y aseguró que el cumplimiento de las leyes antimonopolio de la UE es clave para garantizar unos precios más asequibles y justos para los medicamentos.
En total, las autoridades de la UE y de sus países miembros abrieron entre 2018 y 2022 más de 70 investigaciones contra farmacéuticas, de las cuales 30 permanecen abiertas y 40 se cerraron en última instancia.
En el mismo período de tiempo el Ejecutivo comunitario estudió más de 30 fusiones de compañías farmacéuticas y detectó problemas para la competencia en cinco casos, aunque al final todas, salvo una, terminaron autorizándose después de que las empresas aportaran más explicaciones a Bruselas.
La Comisión Europea defendió la necesidad de examinar cualquier fusión empresarial en el sector de las farmacias porque son procesos que pueden conllevar un aumento de los precios de los medicamentos y una reducción de las posibilidades de investigación.