Los empleados del Popular, en alerta: «Atentos a las miradas de ira»

Los empleados del Popular, en alerta: «Atentos a las miradas de ira»

15 junio, 2017
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Actualizado: 15 junio, 2017 8:32
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La avalancha de quejas de clientes del Banco Popular ha puesto en guardia a los empleados. Las escenas de tensión, como la vivida en una de las sucursales de Sevilla, ha puesto en alerta a los trabajadores, que ya cuentan con un manual para advertir potenciales peligros.

Los 305.000 accionistas del Popular lo han perdido todo, y las posteriores quejas de los clientes han elevado el riesgo ante situaciones que pueden conllevar peligro para la integridad física. De esta forma, los sindicatos pidieron a prevención de riesgos laborales un protocolo de actuación ante estas situaciones.

El manual de defensa personal no versa sobre qué hacer en caso de una agresión, sino detectar la situación antes de que se produzca. De esta forma, emplaza a los empleados a estar en alerta para «identificar situaciones conflictivas». También considera oportuno guardar las distancias sobre las personas que muestran hostilidad, en concreto indica que deben distanciarse más de la longitud del brazo para evitar un golpe.

Asimismo, exige a los trabajadores mantener el equilibrio emocional en estos turbulentos tiempos para la entidad financiera, sin caer en provocaciones o amenazas. En este sentido, deben mostrar a los clientes una actitud activa, sin menosprecio o gestos que puedan significar ese concepto -como levantar los hombros-. Los empleados deben detectar sobretodo miradas de ira, respiración rápida, puños cerrados, tensión en su rostro, braceo o gesticulación excesiva, nervios, o un volumen alto de voz.

La situación se debe a los posibles conflictos con accionistas que han perdido todos sus ahorros y lo pagan con los trabajadores de la entidad. Hasta ahora no hay posibilidad de recuperar el dinero, aunque está la vía judicial para hacerlo. Se trata de la primera vez que un banco español cotizado entra en liquidación y desaparece de un día a otro sin más explicación que la falta de liquidez. Una operación que ha dejado numerosas dudas y preguntas al respecto.

La pasada semana se conocía el caso de una mujer que había perdido un millón de euros y el trabajador de la sucursal del Popular aseguraba que no había pasado nada. Y es que, los clientes y depositantes no han tenido disminución alguna en sus ahorros, mientras que los accionistas, muchos de ellos minoritarios que acudieron a la ampliación de capital lo han perdido todo.

Desde la dirección del Banco Popular apuntan que los trabajadores dan la cara ante las quejas, pero no tienen culpa alguna, apuntando que la intervención del Popular fue decisión del BCE y del Frob. En caso de que la tensión llegue a ciertos límites se aconseja denunciar los hechos.

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