Los sindicatos se levantan contra Repsol por la destrucción de empleo en Puertollano

Repsol reducirá aún más la plantilla de su planta química en Puertollano. La medida fue propuesta a finales del año pasado, pero los sindicatos la rechazan advirtiendo la caída de la seguridad del recinto y la precariedad laboral de los trabajadores que se quedan.
Repsol destruirá un total de siete puestos a turnos e incorporará tres puestos de técnicos, una merma en el capital humano rechazada de plano por los sindicatos de la planta. Según los trabajadores, esta pérdida de puestos de trabajo «conllevaba un cambio sustancial de las condiciones» laborales, por lo que exigen el inicio de los trámites que contempla el Estatuto de Trabajadores.
Tras negociaciones con los sindicatos, y éstos con los trabajadores, Repsol modificó la iniciativa presentada y firmada por los trabajadores. de forma unilateral. El planteamiento de la petrolera «contempla la reducción de siete puestos de trabajo a turnos y la incorporación de tres puestos de técnicos«, señalan en un comunicado los trabajadores, que rechazan frontalmente esta nueva propuesta al ser «insuficiente para atender los procesos productivos y menoscaba la seguridad de las personas e instalaciones en las áreas afectadas por esta reducción de personal».
En su queja, los trabajadores ponen de manifiesto que «no se entiende este planteamiento en el preciso momento en el que la empresa publica sus resultados económicos de 2016 batiendo récords de producción y beneficios, llegando a 667 millones de euros en Repsol Química y 1.736 millones de euros en el grupo». También cargan contra la pérdida de cinco puestos de trabajo en la planta de polioles «cuando en prensa aparecen noticias de la creación de una nueva planta piloto para elaborar un diferente e innovador producto, el Poliol Policarbonato». En este sentido, han asegurado que «la noticia aparecida en prensa no se ajusta a la realidad ya que la planta piloto ya existe, está trabajando en este proyecto, se encuentra en estudio y podría suponer una unidad nueva en caso de que dicho proyecto llegase a buen fin«, según recoge miciudadreal.
La plantilla ha tenido que lidiar los últimos años con el cierre de dos plantas y al despido de personal. La petrolera se defendía por los malos momentos económicos que se han vivido, y ahora muestran su hartazgo.
«Ya está cansada y no admite el planteamiento de modificación de estructura, sobre todo cuando afecta a puestos de trabajo cuya actividad productiva puede incrementarse«, han asegurado.
El pasado mes de enero los trabajadores se concentraron en la entrada de la planta, provocando colas kilométricas en la vía de acceso. Estos recortes, según denunciaba el sindicato STR, «no tiene otra función que precarizar más los empleos, y sobrexplotar al resto de la plantilla con el fin de obtener unos paupérrimos beneficios a costa de mermar la seguridad del recinto».