Mercadona, Lidl, DIA… los supermercados piden una rebaja de impuestos de los productos de consumo
María Jesús Montero, la ministra de Hacienda del Gobierno PSOE-Unidas Podemos, más partidaria de subir que bajar impuestos, pese a la mayor recaudación fiscal precisamente por la espiral inflacionista de los precios.

Mercadona, Lidl, DIA… los supermercados piden una rebaja de impuestos de los productos de consumo

23 junio, 2022
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Actualizado: 23 junio, 2022 0:25
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La subida de costes, en especial de la factura energética, está poniendo en juego la rentabilidad de las cadenas de supermercados que piden bajar los impuestos que más afectan al consumo como el IVA, aunque sea temporalmente, según el director general de la patronal Asedas, Ignacio García Magarzo.

La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) aglutina al 75 % de la superficie comercial de alimentación de España con enseñas como Mercadona, DIA y Lidl, entre otras, que dan empleo a 282.600 personas en 19.000 tiendas.

Los súper quieren repercutir lo menos y lo más tarde posible la subida de sus costes de producción a los precios al público, en un entorno competitivo donde cada empresa teme que el consumidor «cruce la calle y cambie de establecimiento», explica a Efe García Magarzo.

¿Cómo está funcionando la distribución en 2022?

Está siendo uno de los años más difíciles de la historia de la distribución, aunque suene a tópico, con retos nunca conocidos, como el incremento de los costes de producción.

¿Desde cuándo están impactando estas subidas?

Los incrementos de costes ya se habían notado el año pasado, pues los carburantes empezaron a subir en enero del 2021, luego en primavera las materias primas importadas y en verano la energía eléctrica. Empezó a notarse a la vuelta del pasado verano con un factor de aceleración brutal en la invasión de Ucrania.

¿Qué puede esperar el consumidor ante este escenario?

Hay que trasladar tranquilidad a los consumidores porque se trata de un sector tremendamente responsable que ya garantizó el abastecimiento en pandemia, que luchó ‘a brazo partido’ en la crisis de 2008 y que en los últimos 10 años ha mantenido el IPC extraordinariamente estable. Sin embargo, ahora es el sector que se está viendo sometido a una presión de precios por diferentes factores exógenos imprevistos.

¿Qué cambios se perciben ya en el consumo con una inflación alimentaria desbocada?

Ya se nota la sustitución de productos por otros de menor valor, el aumento de la frecuencia de compra y la disminución del tiquet medio, aunque es difícil de medir.

Vamos a seguir trabajando para que el sector lo note lo menos posible, porque con eso nos jugamos que el consumidor cruce la calle y cambie de establecimiento.

Es una situación de multifactorial que no podemos afrontar solos, necesitamos ayuda de la sociedad, de los proveedores, del transporte y también del Gobierno.

¿Está respondiendo el Gobierno?

Tenemos claro que hay que tomar decisiones en relación con la energía que permitan que toda la cadena y la distribución puedan trabajar con unos precios sostenibles que ahora no lo son.

La subida de coste energético está haciendo peligrar la rentabilidad. Hay empresas que este año, como consecuencias del incremento de costes, pueden pasar de ganar a perder dinero. La sostenibilidad del sector está en juego. Es un hecho incuestionable.

¿Y qué soluciones plantean?

Las hay a medio plazo, el fomento de las energías renovables que el sector está dispuesto a acelerar. En cuanto al problema de acceso a materias primas, requiere mayor agilidad y medidas contundentes del Gobierno y de la Unión Europea a la hora de buscar mercados alternativos para los cereales y para los fertilizantes.

Han reclamado una bajada de impuestos, ¿En qué sentido?

Es indispensable bajar los impuestos que más afectan al consumo, aunque sea temporalmente y sin poner en riesgo las necesidades de recaudación del Estado. Estamos hablando de que el IVA es un impuesto inflacionista, siempre que se eleva, se produce una subida de precios muy importantes, como ocurrió a finales de 2012.

Es el momento de ayudar a la cadena para que los precios estén lo más contenidos posible sin hipotecar la recaudación cuando, de hecho, se está recaudando más por este impuesto debido a la subida de precios. Parte de ese dinero se podía compensar para una bajada de impuestos en algunos alimentos.

Nos parece clarísimo, así como suspender la entrada en vigor de impuestos que pueden ser muy inflacionistas como el de plásticos de un solo un uso previstos para enero.

¿Qué respuesta están teniendo a estas reclamaciones por parte del Ejecutivo?

Estamos teniendo mucha atención, hemos hablado con gran parte de los miembros económicos del Gobierno, pero de momento no tenemos respuestas concretas.

Y en esta perspectiva llega el verano poscovid, cuando se espera una gran llegada de turistas. ¿Cómo afrontan la temporada?

Gran parte de nuestros establecimientos están en zonas turísticas y se beneficiarán de esta vuelta a la normalidad y, sobre todo, la distribución mayorista para hostelería que lo ha pasado muy mal este tiempo. Confiamos que este verano será un gran verano y beneficiará a toda la cadena. 

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