Las agencias Moody’s y Fitch han reafirmado la calificación crediticia de Grifols en B1 y BB, respectivamente, notas en el grado considerado especulativo, conocido en la jerga financiera como bono basura, mientras que S&P la ha rebajado hasta B+, también en el mismo grado.

En un comunicado, Grifols, pese que esas notas le sitúan en un grado de inversión de alto riesgo, ha asegurado que tanto Moody´s como Fitch resaltan la fortaleza de los fundamentales de la compañía, su sólida posición en el mercado, la fuerte demanda subyacente y la mejora del flujo de efectivo.

Por su parte, S&P ha rebajado a B+ el rating de Grifols «por un desapalancamiento más lento de lo esperado» y ha cambiado su perspectiva a estable, ha informado la compañía. La agencia de rating añade que «el margen operativo de Grifols no ha mejorado tan fuertemente como se anticipaba por un acceso más limitado al plasma que antes de la pandemia y por unas tarifas de los donantes persistentemente elevadas».

Como positivo, S&P ha señalado que las métricas crediticias de la farmacéutica pueden mejorar gradualmente por los fundamentos de crecimiento a largo plazo del mercado de derivados de plasma y las sinergias de la integración de Biotest para 2024.