Opel Insignia Grand Sport 1.5 Turbo XFT AT6: una berlina de grandes garantías

Opel Insignia Grand Sport 1.5 Turbo XFT AT6: una berlina de grandes garantías

02 abril, 2018
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Actualizado: 02 abril, 2018 12:14
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El Opel Insignia ha estrenado una nueva generación, la segunda, que presenta una imagen más moderna y dinámica que la anterior y que tiene el difícil papel de reeditar el éxito de ventas.

Pero no lo tiene fácil, porque el actual momento no es el mejor para las berlinas. Que no paran de perder ventas por la imparable llegada de nuevos modelos SUV (todocamino). Que han pasado a ocupar el primer puesto en cuanto a las preferencias de los conductores.

El nuevo Insignia ha sido desarrollado y producido por General Motors (GM). Que en marzo del pasado año decidió vender Opel y su filial en el Reino Unido, Vauxhall, al Grupo galo PSA  por 2.200 millones de euros.

La berlina alemana se presentó en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra (Suiza) de 2017. Se fabrica en la planta que tiene Opel en Rüsselsheim (Alemania). De la primera generación, la cual fue elegida como Coche del Año en Europa en 2009. Se llegaron a vender 940.000 unidades, lo que le convirtió en el cuarto modelo más vendido de Opel.

Monta un propulsor de gasolina de 1.5 litros, que entrega 165 CV de potencia. Tracción delantera y caja de cambios automática secuencial de seis velocidades.

Las prestaciones que ofrece la carrocería Grand Sport en comparación con la berlina son múltiples. En cuando a comodidad y funcionalidad, sin olvidarse del placer de conducción y de la tecnología a bordo. Se desenvuelve con bastante brío y su baja altura, de 1,45 metros, le proporciona un mayor centro de gravedad. Le confiere un mayor agarre al asfalto y una mayor sensación de control en cualquier situación.

Su consumo medio homologado es de 6,1 l/100 kilómetros. Aunque en la prueba se ha situado en los 7,3 l/100 km. Una cifra nada despreciable para un vehículo de casi 5 metros de longitud y 1.472 kilos de peso. 175 menos que la primera generación.

La carrocería de este modelo es 59 kilos más ligera que la de su predecesor. La longitud se ha incrementado en 55 milímetros (mm), la batalla es 99 mm más larga y el techo se ha bajado 29 mm. A pesar de este incremento de cotas, se maneja con facilidad en ciudad por una dirección que es cómoda para maniobrar.

En carretera es donde más se aprecia el buen comportamiento del que hace gala. El Insignia gracias al tacto y a la fiabilidad de la dirección, que permite exigirle un poco más a la hora de comprobar los movimientos.

La transmisión automática secuencial de seis velocidades es un punto a tener muy en cuenta por agrado y confort de marcha. Los cambios de relación son largos, por lo que el motor trabaja a bajas revoluciones. Algo característico de los propulsores de Opel para lograr consumos reducidos.

Otro aspecto a valorar es la suspensión que monta el Insignia Grand Sport. Absorbe con exactitud y firmeza las irregularidades del terreno sin que se produzcan rebotes acusados en el interior del habitáculo. Lo que se traduce en un confort de marcha alto. Del equipo de frenos indicar que no son de los considerados secos y con una mordida muy inmediata. Actúan con progresividad y sin hacerse notar.

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