Orange y MásMóvil acuerdan con Digi el acceso a su red móvil y la venta de frecuencia

Orange España y MásMóvil han llegado a un acuerdo con Digi por el que el operador de telefonía rumano podrá acceder a su red móvil y comprará un paquete de frecuencias de la segunda empresa en el país por 120 millones de euros, lo que se despeja el camino para su posible fusión.

El acuerdo, notificado este martes por la compañía rumana a la Bolsa de Bucarest, está sujeto a que la Comisión Europea (CE) apruebe la fusión entre Orange España y MásMóvil, que investiga en profundidad.

Concretamente, la compañía de telecomunicaciones rumana ha comprado a MásMóvil 60 megahercios (MHz) de espectro radioeléctrico en tres frecuencias diferentes, que le permitirá prestar servicios móviles tanto 4G como 5G, por 120 millones de euros, más un pago de 20 millones adicionales como parte de la transacción.

Al mismo tiempo, Digi ha cerrado un pacto de «roaming» con Orange España que le da la opción de usar su red móvil en el futuro.

Un paso más en la fusión de Orange y MásMóvil

Este acuerdo llega después de que las compañías ya pactaran de manera preliminar y no vinculante la venta de parte de sus activos el pasado noviembre y ayudará a Orange y MásMóvil a cumplir con las exigencias de los reguladores europeos.

En junio, el Ejecutivo comunitario advirtió a Orange y MásMóvil de que su fusión, valorada en 18.600 millones, podía reducir la competencia en el sector minorista de servicios de telecomunicaciones móviles y, en julio, paralizaba su estudio en profundidad de la operación al considerar que necesitaba recabar más información.

Desde entonces, ambas compañías han negociado con Bruselas el paquete de «remedies» (condiciones) para que se apruebe su fusión, lo que podría ocurrir durante el primer trimestre de 2024, según el calendario que hizo público MásMóvil en la presentación de sus resultados.

Pese a este pacto, el reloj de la fusión no se ha vuelto a poner en marcha, según los registros de la CE. Cuando lo haga, comenzará un periodo de 50 días laborables en los que Bruselas tomará una decisión final.