Parar una fábrica cuesta dinero… volverla a encender, mucho más

Parar una fábrica cuesta dinero… volverla a encender, mucho más

31 marzo, 2020
|
Actualizado: 31 marzo, 2020 12:44
|
PUBLICIDAD

Los empresarios acusan al Gobierno de no saber lo que es parar una fábrica. ¿Tanto cuesta? Varios trabajadores consultados por Efe coinciden: «No es darle a un botón, un horno medio tarda un día en enfriarse, pero lo peor va a ser arrancar a la vuelta, es complicado y carísimo».

En una siderurgia, como hay tantas en Euskadi, lo fundamental ahora es parar bien el horno. «En una pequeña empresa que hace piezas los hornos funcionan a 900 grados; si el parón fuera de un par de días, podríamos dejarlos a 500 grados, en mantenimiento, pero con quince días es imposible, porque el consumo de luz es bestial».

Por eso, hay que pararlos totalmente, lo que tarda un día hasta que se enfrían. «Vinimos el domingo a pararlos. Levantamos la puerta y se enfrían por inercia, poco a poco». En los altos hornos, que trabajan a más temperatura, a unos dos mil grados, se tarda más tiempo aún.

Ahí hay un problema si se está trabajando en un pedido: los hornos se programan en ciclos de ocho a 36 horas, y hasta que no acaban, no se puede detener a la mitad, bajo riesgo de estropear todo, el material y el horno en sí.

Después, se quita la corriente, para que no haya cortocircuitos en estos quince días, y los sistemas de refrigeración, compuestos por torres y bombas de agua. Por último, limpiar y lubricar bien todas las máquinas, para que a la vuelta cueste poco arrancarlas.

¿Y durante el parón? «Lo ideal sería venir de vez en cuando a arrancar los hornos, a precalentarlos, y más estos días que hace mucho frío».

Porque la principal preocupación es qué pasará el 11 de abril, cuando acabe el estado de alarma y en teoría se pueda volver a trabajar.

Para arrancar, esta vez sí, lo primero será darle a un botón, al de la electricidad.

Después, habrá que poner en marcha el sistema de refrigeración, las bombas. «Hay que purgarlas, porque se mete aire, como en los radiadores de casa pero no tan fácil, se puede tardar un día entero. Luego hay que cebar las bombas, es decir, rellenarlas de nuevo de agua».

No solo hay que purgar y cebar en la siderurgia, también en las empresas de mecanizado, tan extendidas en Euskadi, donde las reinas son las fresadoras, que funcionan con unos compresores que son los que mueven los cabezales arriba y abajo mediante el aire a presión.

El último paso será volver a encender el horno. Si todo va bien, tardará una mañana entera en coger la temperatura para poder hacer un nuevo ciclo. Algo muy caro: «la potencia que se necesita para pasar de cero a 900 grados es bestial»

Será un momento tenso: «Lo primero, rezar, porque los hornos nunca están parados tanto tiempo. Hay muchas cosas que pueden salir mal, atascarse algo, que el agua de refrigeración circule bien… «

En las fresadoras, aún más incógnitas, porque están calibradas al detalle. «En una empresa de mecanizados con veinte fresadoras, seguro que alguna va mal y se ha descalibrado. Por eso, habrá que hacer primero un programa en vacío, sin pieza, para comprobar que todo funcione. Eso si volvemos en quince días, si se alarga más…». EFECOM

Noticias Relacionadas: